Merz afirmó el lunes que quería mantener conversaciones con los socialdemócratas para formar rápidamente un gobierno, que los europeos esperan con impaciencia ante los cambios en los lazos transatlánticos.
Tras los resultados, Merz calificó el auge del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), que quedó en segundo lugar, como "la última advertencia a los partidos políticos del centro democrático en Alemania".
La elección anticipada se llevó a cabo en un contexto de crisis económica, de cuestionamiento del modelo industrial y geopolítico sobre el cual el país prosperó y de fragmentación del paisaje político.
A diferencia del talante centrista de Merkel, Friedrich Merz promete un fuerte giro a la derecha para aplacar los miedos de la ciudadanía hacia la migración irregular que alimentan a la extrema derecha.
Pero para llegar al gobierno, este exabogado de inversiones de 69 años deberá formar una coalición, un proceso que incluso en tiempos menos tóxicos y turbulentos toma varias semanas o meses.
La rivalidad con Merkel
La última canciller conservadora y Merz no pueden ser más distintos. Merkel creció en la República Democrática Alemania comunista, se casó dos veces y no tuvo hijos. El actual líder de la CDU nació en 1955 en una familia católica conservadora en la ciudad de Brilon, en Renania del Norte-Westfalia, en el centro de Alemania.
Se unió al ala juvenil de la CDU mientras aún estaba en la escuela. Entró en política a tiempo completo en 1989, cuando fue elegido para el Parlamento Europeo a la edad de 33 años.
Sus diferencias van mucho más allá de la vida personal.
Después de cumplir un mandato como eurodiputado, Merz, casado y padre de tres hijos, fue elegido para el Bundestag (el parlamento alemán) y se estableció como un líder en política financiera.
Merz, que apeló a la facción más tradicionalista y de derecha de la CDU, perdió ante Merkel en una elección para el liderazgo del partido en 2000.