Estados Unidos, el principal aliado de Israel, sin embargo, no ha mostrado un cambio radical de postura, por lo que es muy complicado que el primer ministro Benjamin Netanyahu cambie sus acciones contra la Franja de Gaza.
“El presidente (Donald) Trump es relativamente susceptible a la presión de la opinión pública estadounidense y en ese sentido puede ejercer algún grado de presión, pero por ahora también ha resultado muy superficial. Lo que declaró el domingo fue que parece que sí hay gente que tiene hambre, una cosa muy vaga”, dijo Conde.
Durante su presidencia, el mandatario se ha lanzado contra los manifestantes a favor de Palestina y en contra de las acciones de Israel. Incluso, retiró el financiamiento a las universidades que el año pasado fueron escenario de estas protestas.
Sin embargo, incluso entre el movimiento Make America Great Again (MAGA), que apoya al presidente, la narrativa sobre Israel comienza a cambiar, por lo que puede ejercer una mayor presión contra Trump.
Por ejemplo, Marjorie Taylor-Greene, representante republicana por Georgia y una de las aliadas más cercanas de Trump en el Congreso, dijo el lunes que en Gaza se está produciendo un “genocidio”, con lo que se convirtió en la primera integrante de su partido que utiliza el término al condenar el desastre humanitario que se está produciendo allí.
“Lo más veraz y lo más fácil es decir que el 7 de octubre en Israel fue horrible y que todos los rehenes deben ser devueltos, pero también lo es el genocidio, la crisis humanitaria y la hambruna que están ocurriendo en Gaza”, dijo Greene en una publicación en las redes sociales el lunes por la noche.