Una segunda fase de la propuesta plantea temas más complejos como un desarme y la expulsión de Gaza de Hamás, y la continuación de la retirada de las tropas israelíes.
Israel controla todos los pasos para acceder a Gaza, entre ellos el de Rafah, que comunica con Egipto. Tras el alto el fuego y la liberación de los rehenes, Israel debería autorizar la entrada de ayuda humanitaria por este paso.
El canciller israelí, Gideon Saar, anunció que el paso de Rafah se abrirá "probablemente" el domingo.
El director de las operaciones humanitarias de la ONU, Tom Fletcher, llamó el miércoles a Israel a cumplir con su parte y permitir la llegada masiva de ayuda.
La ofensiva de Israel en respuesta al ataque de Hamás, dejó más de 67.967 muertos en Gaza, la mayoría de ellos civiles, según cifras del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, que la ONU considera fiables.
La Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), un organismo respaldado por la ONU, declaró en agosto que había hambruna en Gaza.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó también que la propagación de epidemias está "fuera de control" en todo el territorio.
Mustafa Mahram, un desplazado que retornó a Ciudad de Gaza, relató que falta de todo.
"No hay agua, no hay agua limpia, ni siquiera agua salada", afirmó. "No están las cosas más elementales para la vida, ni comida, ni bebida, nada". "Una ciudad entera fue destruida", señaló.