De acuerdo con una base de datos dirigida por la ONU, más de 53 personas han muerto y cientos han resultado heridas por los restos mortales de los ataques de dos años de Israel contra la Franja de Gaza, lo que los grupos de ayuda consideran una enorme subestimación.
El alto el fuego logrado este mes con la mediación de Estados Unidos ha aumentado las esperanzas de que pueda comenzar la ingente tarea de sacarlos de entre millones de toneladas de escombros.
"Si se trata de un desminado completo, nunca se hará, es subterráneo. Lo encontraremos durante generaciones", afirma Nick Orr, experto en desactivación de artefactos explosivos de Humanity & Inclusion, comparando la situación con la de las ciudades británicas tras la Segunda Guerra Mundial.
"Despejar la superficie, eso sí que es algo alcanzable dentro de una generación, creo que de 20 a 30 años", añadió. "Va a ser una pequeña reducción de un problema muy grande”.
Orr, que estuvo en Gaza varias veces durante el conflicto, forma parte del equipo de siete personas de su organización que la semana que viene empezará a identificar restos de guerra en infraestructuras esenciales como hospitales y panaderías.
Por ahora, sin embargo, los grupos de ayuda como el suyo no han recibido permiso general de Israel para empezar a retirar y destruir los artefactos, ni para importar el equipo necesario, dijo.
Orr dijo que estaba solicitando permiso para importar suministros para quemar bombas en lugar de detonarlas, con el fin de aliviar la preocupación de que puedan ser reutilizadas por Hamás.