Publicidad
Revista Digital
Publicidad

Con Bolsonaro en prisión, ¿qué sigue para la extrema derecha en Brasil?

La condena contra el expresidente por su participación en un intento de golpe de Estado contra su sucesor, luis Inácio Lula da Silva, deja un vacío para su movimiento político.
mié 26 noviembre 2025 11:07 AM
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro abandona la sede del Partido Liberal en Brasilia, Brasil, el 23 de julio de 2025.
Jair Bolsonaro está inhabilitado para ejercer cargos públicos desde 2023, por lo que no podrá presentarse a las elecciones presidenciales del próximo año. (FOTO: Adriano Machado/REUTERS)

La extrema derecha en Brasil se quedó sin un líder claro. El expresidente Jair Bolsonaro, quien gobernó a la principal economía latinoamericana entre 2019 y 2023, comenzó a cumplir este martes su histórica condena de 27 años de cárcel por intento de golpe de estado, después de que la corte suprema considerara que se agotaron los posibles recursos de apelación.

El exmandatario, de 70 años, se encontraba desde agosto en prisión domiciliaria pero el sábado fue transferido a un complejo policial en Brasilia por "riesgo de fuga", tras haber dañado su tobillera de monitoreo con un soldador.

Publicidad

En represalia al juicio contra su aliado, el presidente estadounidense Donald Trump ordenó aranceles de 50% a las importaciones brasileñas, mientras su gobierno impuso sanciones al juez Alexander de Moraes.

Sin embargo, la tensión entre Brasil y Estados Unidos se alivió luego de un encuentro entre el presidente estadounidense y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en octubre. Trump levantó ya buena parte de los aranceles contra los productos brasileños.

Preguntado sobre la posibilidad de que la detención de su mayor opositor afecte el acercamiento con su homólogo estadounidense, Lula afirmó el lunes: "No tiene nada que ver". El republicano, hasta el momento, no ha opinado sobre el tema.

Debido a la presunta obstrucción judicial, desde mediados de julio el excapitán del Ejército debía llevar una tobillera electrónica, y tenía prohibido expresarse en redes sociales, incluso a través de las cuentas de terceros. El sábado dañó la tobillera, por lo que Moraes ordenó su detención.

En una audiencia de custodia posterior a su detención, Bolsonaro negó cualquier intención de escapar del arresto domiciliario o de tratar de quitarse el equipo, según mostró el documento, ya que dijo que tenía una "alucinación" de que había un dispositivo de escucha dentro de la tobillera.

El presidente brasileño está inhabilitado para ejercer cargos públicos desde 2023, por lo que, aunque no estuviera en prisión, no podría presentarse a las elecciones presidenciales del próximo año.

Una base minoritaria, pero bien organizada

Tras la imposición de las primeras medidas cautelares contra Bolsonaro en agosto, sus seguidores salieron a manifestarse a las principales ciudades de Brasil en señal de apoyo.

Las movilizaciones tuvieron lugar en Sao Paulo, Brasilia o Río de Janeiro, donde los manifestantes desfilaron bajo los colores verde y amarillo de la bandera nacional y exhibiendo carteles dando las gracias al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Publicidad

"Él no puede hablar, pero nosotros podemos hablar por él", dijo el congresista Marco Feliciano, arengando a los manifestantes reunidos en la Avenida Paulista, la emblemática arteria de São Paulo donde tuvo lugar la principal manifestación el domingo 3 de agosto.

A pesar de estas manifestaciones, lo cierto es que Bolsonaro es un político que divide opiniones en el país sudamericano, pero que ha perdido apoyo con el paso del tiempo.

"Las encuestas más recientes vienen dando que la mayoría de la población brasileña es favorable a la prisión del expresidente, y en todas las proyecciones electorales él perdería las elecciones si es que fuera posible ser candidato", dice Matías López, académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales de Chile a Expansión.

Lo que sí muestran las manifestaciones en ciudades tan importantes como Río de Janeiro, São Paulo y Brasilia, es que la base electoral que apoya al líder de extrema derecha está muy bien organizada.

El especialista también indica que detrás de Bolsonaro hay grupos de intereses muy poderosos en Brasil, como las iglesias evangélicas, las fuerzas policiales y militares, y algunos sectores del empresariado, especialmente la agroindustria, que se benefició de las políticas laxas de protección al medio ambiente que el exmandatario promovió durante su gobierno.

"Es una minoría de la población, pero es una minoría organizada y muy activada políticamente, lo que quizás dé la impresión de que la sociedad está dividida mitad a mitad, cuando la proporción más realista pudiera ser algo como 70-30, pero es un 30% muy fuertemente organizado", explica López.

Publicidad

¿Quién suena para reemplazar a Bolsonaro?

Jair Bolsonaro no podrá presentarse en las próximas elecciones presidenciales en Brasil. Aunque aún falta más de un año para los comicios, la derecha brasileña ya barajea algunos posibles aspirantes para disputarle la presidencia a Lula.

Uno de los posibles contrincantes del presidente izquierdista es el gobernador Goiás —estado vecino al Distrito Federal donde está la capital Brasilia— Ronaldo Caído.

"Es alguien que quiere mucho ser presidente y viene de una derecha también radical, porque está ligado al agronegocio, a los terratenientes. Siempre estuvo en una derecha más fuerte, pero no es un populista", a diferencia de Bolsonaro, explicó el especialista de la Universidad Diego Portales.

Otro nombre que suena es el de Tarcísio de Freitas, actual gobernador de São Paulo, el principal centro financiero y económico de Brasil, y que fue ministro de Transporte durante el gobierno de Bolsonaro.

"Es un bolsonarista que come con cubiertos, usa servilleta y que tiene un grado de pedigree y tránsito en la élite de São Paulo que Bolsonaro no tiene", dice López.

Otra persona que buscará la candidatura presidencial es Eduardo Bolsonaro, uno de los hijos del expresidente. Abraza abiertamente desde Estados Unidos su papel de instigador de la arremetida arancelaria de Donald Trump contra Brasil.

El tercer hijo del clan Bolsonaro se licenció de su cargo como diputado y se radicó desde marzo en Estados Unidos, donde apela al gobierno de Trump para presionar a las autoridades brasileñas. Sin embargo, justo su cercanía con Washington podría alejarlo de la boleta.

La imposición de aranceles contra Brasil "tuvo una repercusión muy negativa dentro de la población brasileña. Entonces, ya está casi descartada".

Justo la intromisión de Trump podría tener un efecto negativo para la extrema derecha de cara a las elecciones, tal como le sucedió al Partido Conservador en Canadá, que perdió ante los Liberales después de que el republicano se inclinara a favor del primero.

"El gobierno de Lula venía perdiendo popularidad y ahora empezó a recuperarla", dice López, aunque matiza e indica que aún falta mucho para las elecciones y que en Brasil es muy probable que nada permanezca tal y cómo está.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad