Pérez permitió a PDVSA asociarse con compañías petroleras extranjeras siempre que mantuviera el 60% del capital en empresas mixtas y, crucialmente, estructuró la compañía para que funcionara como una empresa con mínima regulación gubernamental.
En 2007, el entonces presidente Hugo Chávez modificó las reglas sobre la industria petrolera para obligar a las transnacionales a convertirse en socias minoritarias de PDVSA o retirarse del país.
¿Qué pasa con Chevron?
La relación entre Washington y Caracas es ambigua en materia petrolera, puesto que el gobierno Trump renovó, aunque con cambios, la licencia que el anterior gobierno de Joe Biden había concedido a la petrolera Chevron para operar en el país sudamericano, que cuenta con enormes reservas de crudo y gas.
Chevron extrae y vende el crudo venezolano gracias a ese acuerdo, con lo que parte de la producción venezolana escapa a las sanciones.
"Las operaciones de Chevron en Venezuela continúan sin interrupciones y en pleno cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables a su negocio, así como de los regímenes de sanciones previstos por el gobierno de Estados Unidos", explicó un portavoz de la petrolera, Bill Turenne, en un correo electrónico enviado a la AFP.
Chevron representa el 10% de la producción nacional venezolana, gracias a una empresa mixta con la petrolera estatal PDVSA.
Pero tras los cambios en su licencia introducidos por el gobierno Trump, Chevron ahora solo puede exportar el 50% que le corresponde de esa "joint venture”. El otro 50% Venezuela tiene que tratar de exportarlo por su propia cuenta.