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OPINIÓN. La peor pesadilla de Trump: la amistad renovada China-Rusia

La alianza repentina entre estos países de cara a la presión de Trump indica que esos dolores de cabeza no se van a resolver fácilmente en un futuro cercano, opina David A. Andelman.
mié 02 agosto 2017 01:40 PM
Xi Jinping y Vladimir Putin
Panorama Tanto China como Rusia han encontrado una independencia nueva de cara a los desafíos que Estados Unidos les plantea, aseguran analistas. (Foto: POOL/REUTERS)

Nota del editor: David A. Andelman colabora frecuentemente con CNN Opinion y escribe artículos para el diario estadounidense Usa Today. Escribió el libro A Shattered Peace: Versailles 1919 and the Price We Pay Today. Fue corresponsal extranjero del New York Times y corresponsal de CBS News en París. Síguelo en Twitter como @DavidAndelman . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) — En las celebraciones del Día de la Armada de Rusia, que se llevaron a cabo a principios de agosto, hubo un invitado escalofriante que probablemente represente el mayor desafío a nivel mundial para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Unos buques de guerra chinos se unieron al desfile de navíos rusos en el puerto de Kronstadt, en San Petersburgo, para el beneplácito de Vladimir Putin. Los buques acababan de llegar de la primera etapa de las maniobras navales conjuntas de Rusia y China que, según la prensa china , incluyó disparos de armas de alto calibre en el mar Báltico, que colinda con cinco de los aliados de Estados Unidos en la OTAN; su intención fue, al menos en parte, mostrar lo mejor del poderío militar naval de ambos países.

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De igual forma, China llevó a cabo su propio desfile militar en Beijing ante la mirada del presidente Xi Jinping, quien portaba el uniforme verde de camuflaje del Ejército Popular de Liberación. Desfilaron unos 12,000 oficiales y soldados, acompañados de tanques, lanzamisiles de crucero, aviones de combate y otras armas nuevas y modernas.

Todo este despliegue de poderío militar fue el dolor de cabeza más reciente y más visible (aunque tal vez menos apreciado) para Donald Trump en zonas complicadas del mundo, desde Siria hasta Corea del Norte .

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El que China se esté acercando a Rusia en este momento no puede ser bueno en muchos aspectos. La alianza repentina entre estos países de cara a la presión de Trump indica que esos dolores de cabeza no se van a resolver fácilmente en un futuro cercano.

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Estos esfuerzos conjuntos, que coinciden con las maniobras de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur en las cercanías de China y Corea del Norte, indican que tanto China como Rusia han encontrado una independencia nueva de cara a los desafíos que Estados Unidos les plantea.

Es más: sus aliados en Siria y Corea del Norte se darán cuenta de que tienen dos contrapesos poderosos para sus intentos de trazar sus propios rumbos letales.

Desde hace décadas, Corea del Norte ha dependido de la asistencia de China —particularmente a nivel económico— para apuntalar a su régimen despótico; también cuenta con la neutralidad de Rusia, país con el que comparte frontera al norte.

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De hecho, el territorio norcoreano se encuentra a apenas 160 kilómetros del importante puerto siberiano de Vladivostok, en donde Rusia llevó a cabo los ejercicios navales de la zona este en las celebraciones del Día de la Armada. Al mismo tiempo se llevaban a cabo otras maniobras navales en la enorme base aérea y naval rusa en Tartús, Siria, en el Mediterráneo Oriental; según la prensa rusa , participaron seis buques de guerra.

Una de las principales razones por las que Putin está respaldando a al Asad en sus presuntos ataques contra los rebeldes es mantener este bastión en el Mediterráneo, esencial para la posición estratégica de la OTAN y de Estados Unidos en Europa y Medio Oriente.

Desde hace varios años, China y Rusia han apuntalado tanto diplomática como económicamente a Corea del Norte y a Siria y han usado su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para contrarrestar la censura de Occidente a los actos más indignantes de sus aliados.

nullEl que ambas potencias estén uniendo fuerzas dará tranquilidad a Corea del Norte y a Siria porque saben que ahora será más difícil que Estados Unidos influya en sus actos.

Esta nueva realidad no debería sorprendernos.

El ministro de Defensa de China, Chang Wanquan, se reunió el 7 de junio con su homólogo ruso, Serguéi Shoigu, durante una cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Kazajistán. La organización es una alianza militar y política entre China, Rusia y otras antiguas repúblicas soviéticas, que se creó hace 20 años.

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Shoigu propuso que Rusia y China firmaran un tratado de cooperación militar integral. Y, desde luego, tres semanas después, Xi hizo una escala en Moscú en su camino hacia la cumbre del G-20 en Alemania, en donde confirmó que ya se había firmado dicho tratado (y otros más por 10,000 millones de dólares), ya que ambos líderes sonreían mientras estrechaban manos .

Así que ahora que Rusia está firmemente de su lado y que la frontera de 4,200 kilómetros entre ambos países está totalmente segura, ¿hasta dónde llegará China para desafiar a Trump? ¿Cuánto tiempo más callará el gobierno chino ante la presión contra Kim Jong Un y su intento de desarrollar un arsenal nuclear y misiles balísticos intercontinentales?

En este momento, Corea del Norte no es una amenaza real para China, ni lo será hasta que el actual gobierno colapse y que montones de norcoreanos crucen la frontera de más de 1,400 kilómetros entre ambos países, o que se desate una guerra nuclear que amenace con destruir a los millones de chinos que viven en grandes ciudades situadas dentro del radio de explosión nuclear de 160 kilómetros alrededor de Pyongyang, la capital de Corea del Norte.

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Estos escenarios improbables han limitado, al menos ligeramente, los actos del gobierno chino. Pero ahora, con el respaldo militar de Rusia, su independencia podría reconocer menos límites.

Hay que tomar esto en cuenta antes de que Trump o el Congreso estadounidense evalúen la forma de apretarle las tuercas a China… o a Rusia.

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Tras las más recientes expulsiones y sanciones de parte de Washington y Moscú, es poco probable que Trump pueda recurrir a la buena voluntad de Putin para influir en la retórica o en las actividades de China respecto a Corea del Norte. Ahora, Trump debe analizar minuciosamente lo poderosa que puede ser una alianza entre China y Rusia para oponerse a cualquier medida que tome de ahora en adelante.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión
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