OPINIÓN: Una reina sin paga justa
Nota del editor: Kate Maltby escribe y habla regularmente de cultura y política en medios de comunicación de Reino Unido; además, es crítica de teatro del diario The Times of London. También está terminando un doctorado en Literatura Renacentista e hizo un doctorado compartido en la Universidad de Yale y el University College de Londres. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora.
(CNN) — Si crees que Rex Tillerson tuvo una semana muy mala, guárdale un poco de lástima a Suzanne Mackie, directora creativa de Left Bank y productora ejecutiva de la serie de Netflix, The Crown.
Durante una discusión de un panel en una conferencia del sector del entretenimiento, que se llevó a cabo el martes 13 de marzo, Mackie y otros dos productores revelaron que Claire Foy, quien encarnó a la reina Isabel II en las primeras dos temporadas del programa, recibió un salario menor que el de su esposo en la serie, Matt Smith.
Adelantándose a la indignación instantánea, según la revista Variety, Mackie agregó que los protagonistas de las próximas temporadas tendrán igualdad salarial. "De ahora en adelante, nadie tendrá un salario más alto que la reina". Si la intención era que sus comentarios apaciguaran a Twitter, no funcionó.
En una semana marcada por las agresiones de Rusia en suelo británico, el despido de Tillerson y la creación de un presidente vitalicio en China , "Claire Foy" fue una de las frases que marcaron tendencia en Twitter. Las feministas y los fans están escandalizados. ¿Es este otro ejemplo de la brecha salarial por sexo, situación en la que las mujeres reciben con frecuencia un salario menor que los hombres por un trabajo igual? Evidentemente, sí. Foy fue la protagonista de la serie, llevó la corona que le da nombre y figuró sola en todos los carteles promocionales. No obstante, ganó menos que el hombre más importante del plató.
Este no fue un caso de paga menor por un trabajo igual, fue paga menor por más trabajo.
Pero las cosas no son tan sencillas. Como han señalado rápidamente muchos derechistas, es una cuestión de mercadeo. Smith es un actor más famoso en Estados Unidos porque fue protagonista de la icónica serie Dr. Who. Podría decirse que Foy tiene el mismo atractivo en Reino Unido porque hizo papeles protagónicos en dos grandes series de la BBC: Wolf Hall y Upstairs Downstairs. Sin embargo, para recuperar los 130 millones de dólares que costó la primera temporada, Netflix necesitaba un público estadounidense. ¿Es culpa de Smith que haya pedido un salario más alto que Foy incluso antes de que supiera de la existencia de The Crown?
No podemos pasar por alto que Mackie, quien ha caído en el oprobio por sus comentarios, es mujer. ¿Ella también es parte del problema o está trabajando, como cualquier profesional, para navegar entre las costumbres del sector? La verdad es que un poco de las dos. Smith y Foy cobraron lo que sus agentes negociaron razonablemente, con base en sus salarios anteriores. No hay que olvidar que usualmente hay más protagónicos para hombres y menos para mujeres, por lo que es más fácil para un hombre ganarse el estatus de estrellas y pedir un salario mayor.
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Por otro lado, son muchas más las mujeres que se dedican a la actuación. En Reino Unido, en donde tanto Foy como Smith aprendieron su oficio, dos terceras partes de los aspirantes a la escuela de arte dramático son mujeres. En Hollywood, en donde ahora las cosas están más niveladas, solo el 24% de los papeles protagónicos se escriben para mujeres (podría ser peor: en 2014, era solamente el 13%). Entonces, aquí tenemos el problema clásico de la oferta y la demanda: hay una oferta mayor de actrices para cada papel y son muchas menos las que han demostrado que pueden cargar con un programa. Esta dinámica permea al sector de la cabeza a los pies. Esta es la razón por la que Foy gana menos que Smith.
Lo que las feministas deberían estar argumentando (y muchas lo hacen) es que esta estructura es un problema en sí. Tal vez no sea culpa de Netflix haber heredado un mercado tan sesgado a favor de los protagonistas varones. Sin embargo, tienen el poder de hacer algo al respecto. El tema mismo de The Crown es un buen comienzo. Es la historia de una mujer —una mujer en circunstancias ciertamente excepcionales y privilegiadas— que se enfrenta a versiones extremas de las dudas que nos aquejan todos los días. ¿Cómo criamos a nuestros hijos y cuidamos de nuestros padres? ¿Cómo es el liderazgo de una mujer en el trabajo? ¿Los hombres de nuestra vida pueden aceptar genuinamente una relación igualitaria? (Spoiler: traten de no casarse con el príncipe Felipe).
Al contar historias con protagonistas mujeres, Netflix ya está haciendo su parte para cambiar las normas del mundo del entretenimiento. Los demás deberían seguir el ejemplo.
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The Crown también tiene un poder excepcional sobre los salarios de las estrellas porque cambia el elenco regularmente. Esa es la razón por la que no sirve de mucho consuelo a Foy que Mackie asegurara que las siguientes actrices que encarnen a la reina percibirán un salario alto. Foy y Smith encarnaron a la pareja real en las primeras etapas de su vida, en las dos primeras temporadas. Usualmente, una actriz desconocida puede aceptar un salario bajo para las dos primeras temporadas y luego aumentar su tarifa cuando ya sea indispensable para el éxito de la serie.
Sin embargo, The Crown es una serie biográfica de seis temporadas y los protagonistas cambiarán cada dos temporadas por cuestiones de edad. Para la tercera y cuarta temporada, ya se anunció que la protagonista será Olivia Colman, una de las actrices más renombradas de Reino Unido, quien tendrá pocas dificultades para que le paguen bien. Sacaron a Foy justo cuando pudo haber empezado a pedir lo que quería.
Es por eso que la respuesta de Mackie suena tan poco sincera… y la razón por la que las feministas del mundo del entretenimiento están particularmente molestas por la negligencia de Netflix ante su responsabilidad en la desigualdad salarial entre hombres y mujeres de su programa premium. Si se hubieran tomado en serio la cuestión de cambiar el mercado tendencioso de Hollywood, le habrían mostrado a Foy desde el primer día que la valoraban tanto como a Smith. Eso se habría reflejado en el salario de otras actrices en todo Hollywood.
Sin embargo, la realidad de que el mercado es tendencioso va más allá de una serie o de una casa productora. Si va a haber un cambio en serio, el sector del entretenimiento tiene que hacer más para que las mujeres sean las heroínas de las historias en el mundo. El legado más importante de The Crown para las mujeres de la televisión será el tiempo de exposición que les ha dado a actrices talentosas, no la cantidad de ceros en sus cheques. Poco a poco, pero lo estamos logrando.
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