OPINIÓN: ¿Cuál es el futuro digital que necesitamos?
Nota del editor: Jim Smith es el presidente y director ejecutivo de Thomson Reuters y Lynn St. Amour es la presidenta y directora ejecutiva de Internet Matters. Juntos copresiden la Iniciativa de Economía y Sociedad Digital del Foro Económico Mundial de Davos 2019. Ambos participan en la agenda del foro. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a los autores.
(Expansión) – Hoy en día, casi la mitad de la población mundial está conectada a Internet, 50 años desde su creación y 30 desde la creación de la World Wide Web. Independientemente de si vemos esto como una historia de éxito o un progreso terriblemente lento, las preguntas son: ¿A dónde vamos desde aquí? ¿Cuál es el futuro digital que necesitamos?
OPINIÓN: La falsa guerra de las Big Tech contra las 'fake news'
Innumerables voluntarios, activistas, empresarios, empresas y gobiernos hicieron de Internet y el mundo digital que habilita. Una ola de nuevas tecnologías, sensores integrados en productos físicos, aprendizaje automático y redes de próxima generación nos permiten reunir, comprometer, procesar y actuar sobre la información en tiempo real a escala global.
La tecnología tiene el potencial de transformar cómo nos mantenemos saludables, cómo viajamos, cómo producimos y consumimos bienes y cómo enfrentamos los desafíos ambientales y de desarrollo.
Una de las grandes ironías del inmenso potencial de la tecnología digital es que ya no estamos tratando solo con una cuestión de tecnología: se espera que el 60% del PIB mundial se digitalice para 2022 y cada vez hay menos distinción entre la economía digital y la economía "real", entre la sociedad digital y la sociedad "real".
OPINIÓN: ¿El CES le quita a Davos la atención de los inversionistas?
Como resultado, debemos abordar cuestiones más importantes que se están abriendo camino hacia la agenda global.
Inclusión y confianza
Primero, nos estamos dando cuenta de que las divisiones digitales basadas en factores como la geografía, la economía, el género, la discapacidad y la edad están aumentando. Las divisiones digitales existen tanto entre países como dentro de los países.
A pesar de conectar la mitad del planeta, el crecimiento de los nuevos usuarios de Internet ahora se está desacelerando y los más vulnerables de hoy pueden ser los más difíciles de alcanzar con los modelos actuales. La exclusión o la inclusión se fortalecen a sí mismas a medida que vemos regularmente un aumento en la desigualdad económica y la concentración del mercado en las economías conectadas.
Lee: México reprueba en competitividad de talento
Segundo, para aquellos que participan hoy, la confianza está en declive. En una encuesta reciente, menos de la mitad de las personas encuestadas en 10 grandes economías, consideraron que la tecnología mejoraría sus vidas. Las preocupaciones sobre la privacidad, la seguridad, las perspectivas personales y la creencia de que las empresas y los gobiernos actúan en su mejor interés están cada vez más generalizadas.
A menos que abordemos estos temas fundamentales de inclusión y confianza, corremos el riesgo de que la tecnología se convierta en una fuerza para una mayor división y discordia en lugar de un beneficio para el progreso humano.
El ritmo, la escala, la distribución y la naturaleza entrelazada del cambio son complejas. Al mismo tiempo, los individuos tienen mayor voz, más oportunidades de actuar colectivamente y mayores expectativas de participación en muchas de estas deliberaciones y procesos; todo esto está desafiando a las instituciones tradicionales.
Lee: Google lanza plataforma web para los trabajos del futuro
Objetivos compartidos para nuestro futuro digital
Durante los últimos 18 meses, hemos tenido la oportunidad de presidir un proceso que reunió a profesionales, expertos y líderes en una amplia gama de temas digitales para identificar el futuro digital que necesitamos. Identificamos seis prioridades que requieren nuestra atención y acción:
· No dejar a nadie atrás: garantizar un acceso a Internet de alta calidad para todos.
· Brindar poder de elección y empoderar a los usuarios a través de identidades digitales: garantizar que todos puedan participar en la sociedad digital a través de la identidad y los mecanismos de acceso que capacitan al usuario.
Lee: México podría ser una sociedad digital, pero le falta gobernanza
· Hacer que los negocios funcionen para las personas: ayudar a las empresas a navegar en la trasformación digital y evolucionar hacia modelos y prácticas empresariales responsables.
· Mantener a todos seguros y protegidos: establecer normas y prácticas que permitan un ecosistema digital que sea seguro y resistente.
· Crear nuevas reglas para un nuevo juego: desarrollar nuevos mecanismos de gobernanza participativos, flexibles y basados en resultados para complementar las políticas y regulaciones tradicionales.
· Romper la barrera de los datos: desarrollar innovaciones que nos permitan beneficiarnos de los datos mientras protegemos los intereses y la privacidad de todas las partes interesadas.
Lee: En 10 años podremos ser digitales
En el próximo año, docenas de organizaciones e instituciones globales, incluido el G20, la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Foro de Gobernanza de Internet, la Conferencia de Internet de Wuzhen, la Comisión Mundial sobre la Estabilidad del Ciberespacio, el Panel de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Cooperación Digital y el Foro Económico Mundial convocará a las comunidades en torno a estos temas. Estos esfuerzos se reflejan y enriquecen a través de esfuerzos regionales, nacionales y locales.
Lee: Blockchain no es igual a digitalizarse
Nos encontramos en un momento crucial en la creación de nuestro mundo digital. Instamos a los líderes, profesionales y expertos de todos los sectores y países a que contribuyan y apoyen estos procesos. Además, fomentamos el reconocimiento de los tremendos beneficios potenciales que se obtendrán a través de una colaboración y cooperación más profundas basadas en objetivos compartidos.
Los objetivos compartidos, ya sean los de arriba u otros, nos dan la oportunidad de evitar discusiones fragmentadas y aisladas; en lugar de crear una serie de escalones donde diferentes partes interesadas pueden hacer contribuciones complementarias hacia un futuro digital inclusivo, confiable y sostenible.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión