En caso de que procediera alguna acción de inconstitucionalidad en materia electoral u otro medio de control constitucional, y se volviera (por segunda ocasión) al periodo de 2 años, el costo para los votantes por una próxima elección en el Estado se duplicaría. Un verdadero acto de dispendio producido por una mala resolución política del Congreso Estatal del periodo 2013-2016.
En la coyuntura política de hoy, el estado requiere una gubernatura sólida con un periodo regular y legal para realizar sus proyectos. Reitero, el artículo 116 de la Carta Magna manda que ningún gobernador puede estar en el cargo por más de 6 años, y la extensión, es solo de 5 años.
Además, la impugnación de esta reforma es inentendible, dado que el gobernador electo arrasó con más del 50% de los votos en la pasada elección.
Es fundamental que los votantes y ciudadanos vean la historia con menos ficción y con mayor realidad, independientemente de su simpatía partidista. El regreso a un periodo de gobierno de duración regular es legítimo y, además, es económicamente la mejor decisión que podrán ejercer.
Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión