Así, si bien transformarse es una necesidad del mercado, hay que hacerlo bien. En el artículo Disruptive Technologies: Catching the Wave, los autores Joseph L. Bower y Clayton M. Christensen explican y ejemplifican el peligro que encuentran en las empresas que toman decisiones comúnmente alineadas con los deseos de sus clientes, y que esto conlleva a que las inversiones en investigación y desarrollo sólo produzcan productos poco -o nada- innovadores, precisamente por mantener la vista en las necesidades y deseos de su mercado actual y no del futuro.
Para evitarlo, es necesario diagnosticar el estado de la empresa y tener en claro cual será el uso de estas tecnologías y la estrategia, pues sólo así se dará paso a la reimaginación de los procesos y del negocio en general.
En el evento Inteligencia México Conference, realizado en la Ciudad de México, señalé que reinventar el negocio y ejecutarlo de manera disruptiva permitirá que la organización se consolide rápidamente y comience a presentar la transformación efectiva en tiempo récord, para permitir permanencia y competitividad.
Tan sólo hay que ver que el mercado de la exportación de servicios de tecnología y tercerización de procesos tiene un valor de 700,000 millones de dólares y ha generado más de 20 millones de empleos hasta el 2018. De los cuáles, México aporta menos del 2%.
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