El futuro tecnológico nos alcanzó; las empresas deben darle correcta bienvenida

Aunque proyectar estos recursos tecnológicos de cara a medio siglo –y acertar– es complejo, imaginar cómo se integran a nuestra vida cotidiana, y se relacionan entre ellos, lo es todavía más.

Las visiones de Asimov están cobrando vida a través del desarrollo de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial (IA) , soluciones en la nube y realidad digital (que incluye realidad aumentada y realidad virtual , entre otras), mientras todas ellas se complementan para hacer nuestras actividades diarias más fáciles o mejores.

Imaginemos a una mujer ejecutiva que comienza su día lavándose los dientes con un cepillo inteligente que guarda información sobre el correcto cepillado, hábitos de limpieza y que incluso le permite anticiparse a padecimientos.

Su refrigerador, también con IA, le presenta las mejores opciones de desayuno conforme a su dieta y a través de comandos de voz, le actualiza la lista del supermercado en su smartphone. Antes de salir de casa, se maquilla con productos que pudo probar antes de comprarlos desde su mismo teléfono, gracias a las aplicaciones de realidad aumentada.

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Al llegar a su trabajo, soluciones como blockchain le permiten llevar un mejor control del origen de sus intercambios monetarios y de información. Por medio de códigos QR tiene identificados todos los productos de su empresa y, gracias a recursos de realidad virtual, las capacitaciones al personal le han permitido ahorrar costos y optimizar tiempos.

Esta rutina no es una proyección al futuro, sino algo que ya sucede. Por ello es natural que la inversión en estas soluciones tecnológicas registre un incremento constante desde 2017, cuando blockchain generó ingresos globales por más de 2,000 millones de dólares. Para 2022 se espera que lleguen a 14,000 millones. Mismo caso con la inteligencia artificial, cuyo mercado se espera que incremente de 21 a más de 190,000 millones para 2025 .

De acuerdo con el Estudio Anual de Negocios Digitales 2018 realizado por MIT Sloan Management Review y Deloitte, muchas empresas aún se resisten a integrar estas herramientas. En dicho estudio se reporta que los ejecutivos encuestados de empresas de productos de consumo se calificaron a sí mismos en un espectro medio-bajo de madurez digital.

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La clave para no rezagarse está en convertir los sistemas y la infraestructura digitales en una prioridad para el negocio, en impulsar las innovaciones y la toma de decisiones pensando en el desarrollo digital como prioridad; y por último, apoyar al talento humano existente con habilidades digitales, mientras se desarrollan líderes con estas capacidades.

Es muy importante tomar en cuenta que el desarrollo de tecnologías cada vez más disruptivas no se detiene. Con el surgimiento de cada una de ellas, se abren posibilidades a muchas más que integren, o hagan frente, a nuevas oportunidades de negocio.

Con los nuevos alcances de la IA y su aplicación en la industria 4.0, inteligencia humana y artificial podrán trabajar de la mano dentro de los sistemas digitales para asimilar y utilizar de forma efectiva el análisis de datos. Esto permitirá tomar decisiones más eficientes para beneficio de los negocios.

Está muy cerca un futuro en el que las empresas de consumo probablemente puedan conectar tecnología de aprendizaje a sus productos por medio de sensores integrados, y cada vez será más común la capacitación de personal basada en realidad aumentada.

Pronto, las predicciones de Asimov serán parte de una historia en la que las posibilidades de mejorar nuestro trabajo, entorno y resultados serán infinitas, habrá que pensar también si tenemos la actitud y la claridad de mente para aprovecharlas y convertirnos en mejores seres humanos, pero eso lo dejaremos para la siguiente...

Nota del editor: Omar Camacho es Socio Líder de Customer & Marketing en Consultoría, Deloitte México. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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