En dicho escenario, habría que contratar alrededor de 16,000 enfermeras adicionales y reubicar a otras 33,000. Por ejemplo, lograr que salgan 27,000 enfermeras de la CDMX y enviarlas al Estado de México, Puebla y Veracruz.
Reubicar al personal de salud no es un reto menor. Variables como la inseguridad, el nivel de los salarios y la calidad de vida, entre otras, pueden influir considerablemente. Más aún, la mayoría del personal de enfermería son mujeres y su capacidad para mudarse podría estar limitada por cuestiones personales.
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Según la Organización Internacional del Trabajo, la falta de este personal es un fenómeno mundial, el cual ha generado una demanda por trabajadores dispuestos a cuidar enfermos o adultos mayores por una paga escasa o nula, y sin seguridad social. En nuestro país esto puede representar una carga considerable para las familias de bajos recursos, y sobre todo, para las mujeres en quienes recae este rol de forma cultural.
En conclusión, las enfermeras y enfermeros son tan importantes como los médicos. Por ello, es necesario contar con una estrategia para elevar su contratación en el sector público, sobre todo en entidades y municipios con mayores carencias. Asimismo, ante el perfil epidemiológico complejo, se deben fortalecer los planes de estudio, fomentar la especialización y contar con programas de capacitación continua para optimizar sus resultados. Además, es importante aprovechar su perfil cercano a la gente y empoderarlos para tener un sistema de salud más centrado en el paciente.
Nota del editor: Fátima Masse es coordinadora de proyectos del IMCO . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora. Síguela en Twitter como @Fatima_Masse
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