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2009, la crisis que vino de afuera, ¿ y 2019…?

En este momento es claro que haber negado la debilidad económica del país se tradujo en tiempo que no se aprovechó correctamente, opina José Luis de la Cruz.
mar 15 octubre 2019 09:17 AM
Actividad industrial
Es evidente que la actividad industrial se encuentra en recesión y el mercado interno, a través de la menor generación de empleo, exhibe un consumo privado que aumenta a tasas de únicamente 1%, apunta José Luis de la Cruz.

(Expansión) – Hace una década el sistema político y económico recibió un mensaje que no se debe olvidar, el blindaje no existe cuando el sistema productivo global entra en recesión. Dicha lección de la historia debería ser más clara cuando el país parte de una debilidad en materia de crecimiento económico.

Dos años antes de aquel momento se aseguró que México estaba blindado ante la crisis que se avizoraba en el mercado financiero internacional.

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La postura de la autoridad económica nacional fue que México sólo tendría una “gripita”. El resultado final fue la segunda caída más grande del PIB en 70 años.

La libertad otorgada a la especulación financiera creó una burbuja que colapsó desde el 2007. La fuerza de su desplome causó una recesión en Estados Unidos que rápidamente contagió a casi todo el mundo.

Diez años después la sombra de la recesión ha regresado a la escena económica global.

Nuevamente, el mensaje es claro: Kristalina Georgieva, la nueva dirigente del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha señalado que habrá una desaceleración en "el 90% de los países del mundo". Lo más delicado es que su análisis implica consecuencias que pueden afectar "a toda una generación".

Su declaración tiene una relevancia que no se debe subestimar, particularmente para un país como México que apostó a la apertura comercial y financiera y que, en consecuencia, será más vulnerable a los efectos de la desaceleración global.

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En este sentido hay un aspecto adicional a considerar: ¿cómo llega México a esta cita con el nuevo ciclo negativo de la economía mundial?

Para Graciela Márquez, Secretaria de Economía, “México tiene algunas características que lo hacen resiliente a este contexto internacional. Somos de las economías más abiertas del mundo, con 13 tratados de libre comercio, con 48 países. También tenemos un multilateralismo que se refleja en la participación a la reforma en la Organización Mundial del Comercio (OMC)”.

En este aspecto, su análisis considera que la desaceleración global citada por la dirigente del FMI, el desmantelamiento del sistema multilateral operado por Donald Trump, la guerra geopolítica y geoeconómica que sostiene con China, así como la falta de aprobación del TMEC representan algo que no afectará el comportamiento de las exportaciones de México.

Es la única manera de ponderar que los tratados comerciales pueden ser un factor de estabilidad para la economía internacional.

Por su parte, el Secretario de Hacienda y Crédito Público ha señalado que “tenemos 33 trimestres sin una recesión, con crecimientos muy mediocres, porque ha sido muy mediocre en los últimos años”.

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Sin lugar a duda que Arturo Herrera, Secretario de Hacienda, tiene razón. De inicio el 2019 tiene un legado de crecimiento económico que será cercano al 0%.

Entre el 2001 y el 2018, el sector industrial alcanzó una tasa de crecimiento promedio de sólo 0.8%: el comercio exterior no fue motor de valor agregado. Lamentablemente el sector también acumula 10 meses de tasas negativas.

Por ello, es evidente que la actividad industrial se encuentra en recesión y el mercado interno, a través de la menor generación de empleo, exhibe un consumo privado que aumenta a tasas de únicamente 1%.

En este momento es claro que haber negado la debilidad económica del país se tradujo en tiempo que no se aprovechó correctamente.

Enfrentar la recesión global tendrá que ser una prioridad. “Lo que tenemos que hacer es estar preparados. Para nadie es un secreto las tensiones internacionales y el proceso de desaceleración” señaló el secretario Herrera.

Bajo dicho contexto, parece que en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se tiene claro tanto la magnitud del problema como la necesidad de hacer algo para enfrentarlo, la pregunta es ¿qué se va a realizar?

Lo último es relevante porque la única información disponible es el presupuesto presentado el pasado 8 de septiembre: contiene una reducción de (-) 5.4% en inversión física y una concentración de la misma en proyectos de Pemex.

Por su parte, la miscelánea fiscal planteada tiene medidas restrictivas que, si bien podrían modificarse, en este momento no son precursoras de un aumento en la inversión, una variable que en estos momentos se encuentra en franca caída.

La esencia de un programa contracíclico es la inversión y el fomento al fortalecimiento del mercado interno para preservar el empleo y con ello el bienestar de las familias.

Sin esos elementos básicos no se podrá evitar que la desaceleración y posible recesión mundial afecten a la débil economía mexicana. Como lo ha señalado el FMI: el mercado externo no será una opción.

En esta ocasión se debe enfrentar la recesión global a través del fortalecimiento de la economía interna, de otra manera el 2020 podría mostrar resultados que recuerden lo acontecido hace una década.

Nota del editor: José Luis de la Cruz Gallegos es Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC). Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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