Las instituciones de educación, en todos los niveles, tenemos la obligación de reforzar los valores familiares de actuar siempre con la verdad. Esto implica que, dentro de las reglas de convivencia, se mantenga la integridad, el honor, la justicia, la equidad y el respeto a los individuos como normas. Sin embargo, cuando el premio a los alumnos es sólo por los resultados y no por los procesos que estos generan, se crea una convicción maquiavélica sobre la justificación del fin sin importar los medios a utilizar. Esto lleva a conductas como: resaltar en las calificaciones académicas, impactar en proyectos, ganar a como dé lugar mandando a segundo plano la honestidad.
Pero ¿cuánto cuesta mantener a un grupo humano honesto? De acuerdo al periódico The Chronicle of Higher Education, en marzo de 2019 la empresa Advance anunció su oferta de pagar 1,735 millones de dólares por Turnitin, un corporativo de servicios de detección de plagio académico para universidades que promueve la educación con integridad. Su población atendida sirve a 34 millones de escolares y 15,000 instituciones educativas en 153 países, incluido México.
Es verdad que no es la adquisición de mayor valor de una corporación de tecnología; sin embargo, nos muestra el valor de mantener honestos a los estudiantes. Si planteamos como hipótesis el valor monetario de conservar la honestidad académica a los 4.3 millones de universitarios en México, se tendrán que invertir 33,832 millones de pesos por el uso de software que evite plagio académico. Otras firmas como Google están integrando a su portal de servicios educativos herramientas similares.
Especial: MBA 2019
Las nuevas tecnologías permiten ahora detectar similitud entre trabajos de la misma institución y las fuentes públicas de internet. Esto en los próximos años permitirá verificar y detectar plagio en programación de código, comparar fuentes entre idiomas, verificar escritos personales, contratos legales, procesos institucionales, derechos de autor, entre otros productos.