Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

La falacia de la Inversión Extranjera Directa en 2019

El dinero que provenga en energía de un gobierno no cubre toda la necesidad del mercado que requiere para poder tener una seguridad y soberanía energética, opina Ramses Pech.
lun 25 noviembre 2019 11:30 AM
Inversión extranjera directa - IED
La empresa extranjera que viene a México lo realiza por medio de un contrato con Pemex y CFE, no invierte o asume un riesgo financiero total y es limitado, considera Ramses Pech.

(Expansión) – En México continuamos realizando una introspección sobre la forma en que debemos conducir la energía en el país; en el antes, ahora y no en el futuro. Estamos parados en la decisión de si todo lo tienen que realizar las empresas productivas del Estado ahora que empresas privadas en 2020 indicaron que en 2020 invertirían alrededor de 160,000 millones de pesos de acuerdo al Plan Nacional de Desarrollo en infraestructura.

Estamos de regreso a lo mismo que hemos hecho: construir sin planeación lugares para vivir, infraestructura, zonas de trabajo, parques industriales y todo aquello que requiera energía para poder realizar cada una de las actividades que hacemos. Tenemos que hacer un freno entre lo importante y lo urgente, porque al día de hoy ambas cosas en esta línea de tiempo están mezcladas creando una confusión sobre el rumbo energético a tomar.

Publicidad

La pregunta sobre de dónde saldrá la nueva inversión para el país -ante una falta de flujo de efectivo circulante- incrementa para la industria energética, ante la falta de un plan de largo plazo. Estamos contentos porque la Inversión Extranjera Directa (IED) preliminar ascendió a 26,055.6 millones de dólares, lo que representó un incremento de 7.78% respecto a la cifra preliminar dada a conocer para el mismo periodo de 2018 (24,174.3 millones de dólares –mdd-). Pero de nuevo confundimos la totalidad con la particularidad del cómo la conforma dicha inversión, que ayuda a incrementar el flujo de efectivo. La IED está conformada por:

· Nuevas inversiones que en 2019 representa el 36.13% del total y en 2018 fue de 36.92%; no hubo incremento en valor absoluto.
· Reinversión de utilidades; la cual indica el aumento de capital de una empresa existente en 2019 de 55.23% del total y en 2018 del 41.26%. Indica que las empresas tuvieron que inyectar dinero para mantener el negocio.
· Cuentas entre compañías; el intercambio de dinero entre empresas para realizar negocio en 2019 fue de 8.65% y 21.83% en 2018. Redujo el dinero entre empresas.

Lee: La Inversión Extranjera Directa en México crece 7.8%

Ante el porcentaje real que representa del total de nueva inversión, la realidad económica indica que: México tiene una percepción de espera por parte del mercado mundial para poder invertir en él y gran parte de ello afectará a la posible inversión que no entrará en al país en un corto a mediano plazo, que ayude a incrementar la infraestructura energetica del país y al mismo tiempo perdiendo la oportunidad de tener dinero de bajo costo financiero, ante la disminución de las tasas de interés entre los principales bancos centrales de diferente países.

Ante esto, México de nuevo dependerá del presupuesto 2020 para mantener una economía estable (sin crecimiento). Al depender de la recaudación que circule en el país del dinero que provenga de ley de ingresos aprobada recientemente y de la forma que quede distribuido el dinero el presupuesto. Lo anterior ha sido el argumento de la caída del crecimiento del PIB, dada por diferentes análisis de fuentes financieras.

El dinero que provenga en energía de un gobierno no cubre toda la necesidad del mercado que requiere para poder tener una seguridad y soberanía energética, depende que otros asuman el riesgo de cada proyecto durante la construcción, instalación, operación y continuidad.

Publicidad

En el mundo se requiere energía y para ello se ha invertido en 2018 alrededor de 1,850 mdd y en la que México representa del total alrededor del 2 a 2.5%. Del total de en la industria energética, el 70% proviene de una inversión pública vía las empresas productivas del Estado, limitando la introducción de nueva IED. En contraste, en el mundo entre el 80 y el 85% se realiza por parte de privados y los gobiernos fungen como facilitadores, reguladores, normativos y recaudadores de impuestos.

La empresa extranjera que viene a México lo realiza por medio de un contrato con Pemex y CFE, no invierte o asume un riesgo financiero total y es limitado a lo que plasman en cada licitación que convoca cada empresa productiva del Estado, ganando un proyecto que solo mantendrá la operatividad de la empresa, pero que no incrementa el negocio de la misma y registra un desfase respecto al crecimiento del mercado.

En contra sentido, una empresa que empieza de cero un proyecto y adiciona un valor en infraestructura energética para cubrir una demanda no satisfecha por una empresa productiva del estado, incrementa el flujo de efectivo circulante en la economía y cambia la percepción de mayor certidumbre de invertir.

Al tener una tendencia en certeza da lugar a un incremento en la IED en el rubro de nueva y conlleva al crecimiento económico, al haber una mayor cantidad de dinero adicional de recaudación de impuestos y que no fueron contemplados dentro de la ley de ingresos programados.

No perdamos el foco, para el 2020 hay un plan de corto plazo, ¿y para el 2040 qué plan existe? ¿Preferirías que un proyecto tome el riesgo de tu dinero o que alguien lo asuma contigo, a donde aprendamos entre ambos lo que no sabemos?

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter como @economiaoil . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Publicidad

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad