Para ampliar nuestra perspectiva revisemos algunos datos que la Ciencia de la Felicidad revela al respecto. Se realizó un estudio en 2008 enfocado en identificar qué efectos a nivel personal y social ocurren en las personas ante la sorpresa de recibir ingresos inesperados, como ganarse la lotería. Se estudiaron casos de holandeses que habían ganado el anhelado premio y se encontró que un gran porcentaje manifestó que al momento de recibir el premio su nivel de felicidad aumentó considerablemente aunque al cabo de un año la euforia se desvaneció y volvieron al mismo nivel de felicidad que antes tenían.
Esto se debe a un concepto denominado adaptación hedónica. Significa que los seres humanos tienen facilidad para acostumbrarse a los cambios en sus vidas. Bridget Grenville-Cleave, de la Asociacion Internacional de Psicología Positiva señala que esta adaptación tiene dos efectos:
Cuando alguien se gana la lotería; a corto plazo, las cosas sencillas que antes disfrutaba,como beber un café, un domingo con la familia o un atardecer, podrían parecerle menos satisfactorias en comparación con los nuevos placeres que el dinero le brindaría. A esto se denomina “efecto de contraste”.
El otro, se llama “efecto del hábito” y ocurre cuando su nuevo estilo de vida deja de ser una novedad. Es como si se perdiera la capacidad de asombro.
Todo esto ocurre a nivel personal; ahora, también a nivel familiar el dinero puede ser un elemento que dañe. Por ejemplo: imagina que te ganaste la lotería y decides participar como inversionista para apoyar un negocio que tu hermano está emprendiendo. Te dice que el modelo de negocio es perfecto, pero a los pocos meses falla. A partir de ese momento, tu familia y la de él ponen distancia y te rehusas a asistir a los cumpleaños familiares hasta que tu hermano te pague.