Entre otras organizaciones influyentes del sector privado que se han expresado durante estos últimos meses sobre este tema, el más significativo ha sido el renovado “Manifiesto” del World Economic Forum presentado en enero pasado en Davos donde se hace hincapié en que las empresas deben entenderse más allá de meras unidades económicas que generan ganancias financieras.
Deben también entenderse como organizaciones que posibilitan el alcance de objetivos sociales, cuyo desempeño debe ser medido no sólo en términos de retornos financieros a sus accionistas sino también con respecto a sus retornos/impactos en temas medioambientales, sociales y de buena gobernanza corporativa, alineados con los intereses de sus grupos de interés internos y externos.
Es decir, sus propios empleados, los consumidores y clientes a los que sirven, los múltiples actores de sus cadenas de valor, las comunidades locales, reguladores y otros actores del sector público y también, por supuesto, a sus accionistas.
Este mismo fue el eje de la declaración de la también influyente Business Roundtable de Estados Unidos: la organización estadounidense que reúne a los CEOs más importantes de dicho país presentó en agosto pasado el breve documento “Statement on the Purpose of a Corporation” , firmado por 181 de sus integrantes, donde establecen que si bien cada empresa tiene un propósito de negocios propio, este último debe estar siempre alineado con los intereses de distintos tipos de stakeholders.
En particular, los temas de transparencia e integridad corporativa atraviesan este llamado a una nueva lógica de desempeño empresarial donde la primacía de los accionistas cede el lugar a la centralidad de los distintos grupos de interés que forman parte de y son impactados por las actividades de las empresas.