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Desmitificando la paradoja latinoamericana

En vez de continuar pasmados y repetirnos todas las razones por las cuales la región debería mantener el status quo, es momento de tomar acción, opina Germán Montoya.
mar 03 marzo 2020 06:11 PM
América Latina
Si vemos a través de un lente de oportunidad exponencial podremos enfrentar los problemas que afectan a Latinoamérica con soluciones enfocadas en más interconexión, considera Germán Montoya.

(Expansión) – En Latinoamérica siempre se ha hablado en paradojas. Es una región llena de riqueza, con un sinnúmero de recursos naturales que comparte historia, leyes y sistemas políticos, con una afinidad cultural única, y que, con la excepción de Brasil, también comparte una misma lengua.

Así como cuenta con todas esas ventajas, también comparte los mismos problemas, como la pobreza, inequidad, estagnación, propiciados por un ambiente político inestable que plagan la región, donde las dictaduras, la extrema derecha o la izquierda han polarizado al continente.

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Esto le ha asignado cierto estigma a la región previniendo la inversión extranjera y consumiéndola en un debate sin fin que argumenta la inhabilidad de la misma para surgir a los niveles de súper potencias como lo son Estados Unidos o la Unión Europea.

A pesar de las alarmantes cifras más recientes que compartió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), donde se identificó a México con un tasa de pobreza extrema del 16.8%, seguido por Bolivia con una tasa de 15.2%, Ecuador con 8.4% y Colombia con una tasa de 7.2%, se espera que el 2020 no sea un año de gran crecimiento económico para la región en general aunque Panamá, por ejemplo, experimentará un crecimiento de 5.5% en el PIB y Colombia y Perú de un 3.6%, y países como Argentina y Venezuela, tendrán un crecimiento negativo.

Son estos extremos lo que nos llevan a caer en una conversación semi-política de modelos conceptuales, escogiendo entre un camino u otro, sin visualizar el potencial de la región, donde seguimos fragmentados en lugar de contemplar lo que podríamos llegar a ser.

Y mientras los latinoamericanos nos quedamos atrapados en ese debate, el mundo cambió. En los últimos 10 años, 6.5 billones de personas se conectaron al Internet, multiplicando las oportunidades para aprender, interactuar, comparar y formular opiniones. El poder computacional por chip ha crecido en un 10,000%, potenciando nuevas tecnologías como la inteligencia artificial que, se estima, generará 13 trillones de dólares más en el Gross Domestic Product (GDP) mundial.

La energía solar promete generar nuevas fuentes de ingreso y se alinea con las metas globales de sostenibilidad. Organizaciones exponenciales, aquellas que crecen más rápido gracias a la tecnología, han irrumpido en industrias tradicionales y las han cambiado para siempre, como Uber, Airbnb o Amazon, acelerando a su vez cambios de comportamiento en los consumidores alrededor del mundo.

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Así que es momento para que Latinoamérica se despierte. En vez de continuar pasmados y repetirnos todas las razones por las cuales la región debería mantener el status quo, es momento de tomar acción. Si nos atrevemos a conocer, investigar y replicar las mejores prácticas mundiales en conectividad, creación de negocios, telecomunicaciones, infraestructura, logística y transporte, tendríamos la posibilidad de conectar mejor nuestro continente, nivelar el acceso a las oportunidades y hacer de América Latina una economía tan interesante como la de Asia, Europa o Estados Unidos.

LEE: Las 5 señales de alerta para América Latina, según la CEPAL

Si vemos a través de un lente de oportunidad exponencial, podremos enfrentar los problemas que afectan a Latinoamérica con soluciones enfocadas en más interconexión y darle distintos usos a la tecnología y estaremos ante la oportunidad más grande que ha tenido la región en los últimos tiempos.

Por ejemplo, por medio de la aplicación de una conexión de banda ancha para toda la región 10G o inclusive la implementación de helipuertos para drones con pasajeros, no solo tendríamos la posibilidad de dar un salto cuántico y acelerar 20 años nuestro desarrollo sino también de mejorar significativamente los indicadores de calidad de vida del futuro para todos.

Llegó la hora de abrir una conversación sobre cómo vamos a transformar la realidad de América Latina con visión, audacia, ambición y unidad. Tenemos el potencial de convertirnos en un ejemplo de crecimiento, bienestar y desarrollo para el mundo si trabajamos juntos y creemos en nosotros mismos.

Nota del editor: Germán Montoya es Chief Exponential Officer en Rokk3r Inc. Es un economista colombiano con amplia experiencia laboral en Latinoamérica. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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