Con todo esto, en esta etapa, no hay marcas y consumidores, vendedores y compradores, empresas y empleados. Solo hay personas que deben preocuparse por otras personas. Es una cuestión de supervivencia. No hay ventas de nada, salvo que tengas stock de respiradores artificiales.
Generar engagement desde la empatía y la humanidad es una de las pocas cosas que las empresas pueden hacer este momento. Con todos los actores de su ecosistema. Y pueden hacerlo así:
- Reconfortando: como Louis Vuitton, que envió un mensaje inspiracional en los medios sociales chinos que decía que las pausas en el camino eventualmente dan pie a seguir andando. Muchas empresas están haciendo lo mismo, por las redes sociales, hacia adentro de la compañía y hacia afuera.
- Con actos de bondad: como la Cerveza Guinness, que anunció que donará más de un millón de dólares para los bartenders de Irlanda y del Reino Unido, y Pronovias, una marca española que está donando vestidos de novia a todo el personal sanitario de su país.
- Pasándose al mundo virtual: como cientos de espectáculos, restaurantes y supermercados, que ofrecen productos y servicios de primera necesidad virtualmente, y como los han hecho millones de empresas, que hoy tienen a todo su personal trabajando de forma remota.
- Ayudando a la gente a pasar el tiempo: como Ikea, que da consejos acerca de cómo organizar la casa mientras estamos todos encerrados en nuestros hogares.
- Ayudando a aliviar el stress: como Crossfit y Peloton, que dan clases de gimnasia gratis.