La estrategia del gobierno para el apoyo a emprendedores optó desde el 2019 por bajar el switch o interruptor al Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM); en su lugar, la actual secretaria de Economía, Graciela Márquez, otorgó millones de pesos en microcréditos, tandas y subsidios. Entre mayor sea el valor tecnológico o científico que generan los emprendedores más irrelevantes se vuelven para el gobierno.
Tristemente, con el presidente no contamos. El ecosistema emprendedor mexicano será polvo marcado por la falta de liderazgo en cámara y asociaciones empresariales para articular una respuesta a la torpe decisión de aniquilar políticas públicas pro empresas de alto impacto.
México buscaba ser el líder latinoamericano en el emprendimiento, queríamos ser La Capital Latinoamericana en el ecosistema de emprendimiento de alto impacto y acabamos siendo un triste caso de cómo un gobierno destruye el valor a la velocidad de la luz sin mirar las consecuencias, desastres e impactos que esto pueda traer en las diferentes industrias.
Desde mi perspectiva y la de muchos otros colegas emprendedores e inversionistas, esta decisión afecta al ecosistema de emprendimiento en una gran escala, sobre todo al de alto impacto, es decir al que aglutina a las empresas en proceso de expansión (Scaleups) o a las de reciente creación (Startups).
Independientemente del nicho a quien van dirigidos los apoyos, lo que se tiene que impulsar es el emprendimiento que genera empleos bien remunerados y valor añadido, porque los microcréditos no generan ninguno de estos empleos, quizás puedan generar autoempleo, pero lo que se necesita hoy más que nunca en esta situación que se esta viviendo son nuevas y muchas más empresas que resuelvan el tsunami del desempleo que está llegando, afectando y golpeando a la economía de nuestro país y el mundo.