Basado en discursos del candidato demócrata podemos encontrar dos diferencias esenciales respecto a Donald Trump: uno, Joe Biden no entiende al comercio en términos de déficits y superávits o como un juego de suma “cero”, en el cual unos ganan y otros pierden; y, dos, cree en un intercambio basado en reglas, y más aún, que estas son un arma en favor de Estados Unidos, por lo que deben de trabajar con organismos internacionales en su establecimiento.
También hay otras diferencias, aunque más sutiles. Por ejemplo, está a favor de mantener un acercamiento duro contra China, pero ha criticado los mecanismos del presidente Trump, pues considera que la Guerra Comercial ha afectado negativamente a productores estadounidenses y no ha resuelto los problemas de fondo (propiedad intelectual, subsidios industriales, transferencia forzada de tecnología, etcétera).
En cambio, cree en la cooperación con países para formar un frente unido y presionar así al país asiático a adoptar medidas de libre comercio. Esto ayudaría a disminuir la incertidumbre comercial, pues Estados Unidos desistiría de aplicar medidas unilaterales (como aranceles al acero y al aluminio) y mejoraría las relaciones con Europa, México, Canadá y otros aliados.
Por último, esperaríamos cierto proteccionismo en el ámbito de empleo, pues ha comentado que no habrá nuevos acuerdos comerciales si antes no se invierte en educación, suben los salarios y se generan empleos en su país. Hay que recordar que los demócratas condicionaron la ratificación del T-MEC a que se impusieran mecanismos que aseguraran el cumplimiento del capítulo laboral del acuerdo.