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Antes de la pandemia, el estrés financiero ya estaba en su límite

Las empresas deben ayudar a fortalecer la cultura del ahorro entre sus empleados, a través de la automatización de los recursos y con herramientas de fácil acceso, opina Nima Pourshasb.
mar 21 julio 2020 05:00 AM

(Expansión) – Previo a la llegada del COVID-19, el 71% de los colaboradores mexicanos reconocía estar constantemente estresado por sus finanzas. El impacto que tiene esta ansiedad en la salud mental de las personas es muy alto ya que, en la mayoría de las ocasiones, se debe a una sensación profunda y prolongada de escasez financiera, y se convierte en una bomba de tiempo que lleva a enfrentar deudas impagables por recurrir a créditos con intereses muy altos para obtener liquidez, o a pedir préstamos a familiares y amigos, con el desgaste que una situación así conlleva.

El nivel y los costos de endeudamiento en el país son alarmantes. Uno de cada tres mexicanos pide un préstamo –financiero, tandas o a través de amigos o familiares– para cubrir sus gastos recurrentes y básicos, incluyendo su comida y transporte. Es así que cuando tienen que realizar un gasto inesperado, recurren a opciones de crédito muy costosas; vivimos en un país sin leyes de usura, más de 5,000 Sofomes, 10,000 casas de empeño, tasas de interés de hasta más de 400% y compras de electrodomésticos con pago a plazos que pueden llegar a cobrar tasas del 30 al 60%.

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Esta realidad tiene también un efecto negativo en las empresas, ya que el 81% de los colaboradores admite que se preocupa e intenta resolver sus problemas financieros durante su horario laboral – un claro arrastre en la productividad. Además, esta falta de liquidez fomenta la rotación en las organizaciones, ya que los empleados cambian de empleo para obtener incrementos de salario de un par de miles de pesos. Esta rotación, que puede ser de hasta 100% en ciertas industrias, es cara para las empresas, ya que reemplazar un empleado de medio nivel puede costarles hasta $35,000.

En un país con alta desigualdad económica, limitada movilidad social, aunada a la crisis por la pandemia, hay un sentimiento constante de que el acentuado nivel de estrés está cerca de su punto de ebullición.

Las razones son obvias. En primer lugar, los salarios son bajos, con un promedio mensual de $11,000 según el IMSS, y uno de los salarios mínimos más bajos de la región. Segundo, el nivel de educación financiera también es bajo; de acuerdo con la CONDUSEF sólo el 30% de la población entiende conceptos financieros básicos y una mayoría no conoce, ni comprende las consecuencias, de las tasas y los plazos de sus préstamos. Además, no hay cultura de ahorro, sólo el 12% de los mexicanos tiene cuentas de ahorro.

Estas dos primeras razones, el bajo nivel salarial aunado con la falta de ahorro, enfatizan la fragilidad y el sentimiento de vulnerabilidad con el que viven muchas personas antes de que llegue el pago de su nómina. De acuerdo con el INEGI, el 75% de los mexicanos vive de nómina a nómina, sin tener ahorros, por lo que quincena tras quincena caminan en una cuerda floja y cualquier imprevisto, emergencia o simplemente un recibo más alto de los esperado, les genera gran preocupación.

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La crisis económica que ha creado la pandemia, repuntando los niveles de desempleo y de cierres de negocios, ha incrementado el estrés financiero, y sólo hemos visto el comienzo de su impacto.

¿Cómo podemos mitigar esta ansiedad? El sector público puede impulsar iniciativas para el incremento de salarios, implementar gradualmente leyes de usura y ofrecer programas de horario flexible a los trabajadores. Además, tanto este sector como el privado deben promocionar programas de educación financiera, los cuales tendrán un mayor efecto si utilizan experiencias digitales personalizadas con contenidos atractivos, elementos de gamificación e incentivos de premios y certificaciones por su cumplimiento.

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En cuanto a las organizaciones, debemos evaluar los beneficios que realmente sean de valor para los colaboradores, cuáles podemos ofrecer para ayudarles a reducir su estrés financiero sin que les incurra en costos. Los salarios bajo demanda son uno de los beneficios con mayor aceptación en estos tiempos, tanto por empresas como por los colaboradores, porque les brinda a los empleados liquidez inmediata para atender cualquier imprevisto y alinear sus necesidades financieras a lo largo del mes con fondos que legalmente les pertenecen, sin necesidad de endeudarse.

Además, las empresas deben ayudar a fortalecer la cultura del ahorro entre sus empleados, a través de la automatización de los recursos y con herramientas de fácil acceso. Asimismo, con la llegada de instituciones financieras éticas, que están maximizando el uso de datos, pueden ofrecer préstamos con tasas justas.

En los últimos tiempos hemos visto cómo en México se está viviendo una etapa disruptiva que se ha acentuado con la pandemia, donde la ola de empresas innovadoras que buscan lograr un impacto social a través de préstamos justos o de soluciones para el bienestar financiero de las personas, cobran cada vez mayor fuerza. Éstas comparten la misión de reducir el estrés financiero resolviendo el problema de la falta de liquidez, incentivando y facilitando el ahorro y reduciendo el costo del financiamiento.

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Lo que es claro es que, ahora más que nunca debemos unir esfuerzos todos para mejorar el estrés financiero de las personas y aminorar el aún mayor impacto que se avecina tras la experiencia inédita que hemos vivido en tiempos de pandemia.

Nota del editor: Nima Pourshasb es CEO y Co-Founder de minu . Cuenta con una extensa experiencia emprendedora creando y creciendo empresas tecnológicas en diferentes países. Creó su primera empresa para consumidores latinoamericanos, FormaFina, con oficinas en seis países de la región. En México colaboró en Banco Sabadell como responsable de la Banca de Personas. Nació en Irán, creció en España y realizó sus estudios de posgrado tanto en Londres como en EU. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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