La Central de Abastos reduce su intensa actividad para detener al COVID-19
De ahí que los próximos seis a 18 meses sean críticos para que sus líderes determinen la ruta de sus organizaciones hacia la recuperación y prosperidad. Para lograrlo, lo ideal es hacer un análisis que les permita identificar escenarios futuros de acuerdo con dos factores críticos.
Por un lado, la situación imperante, donde se determine el impacto de la pandemia en términos de su severidad y la disrupción económica asociada. Por otro, la respuesta; esto es, el nivel de colaboración entre los miembros de una comunidad, un país o a escala global.
OPINIÓN: La ecuación de éxito para el nuevo emprendimiento
Estos escenarios ayudarán a diseñar estrategias de contingencia que los preparen para un futuro incierto. Entre las acciones inmediatas, los elementos que conforman el sistema alimentario global pueden enfocarse en mejorar su planeación mediante el diseño de estrategias de contingencia, protocolos de mitigación de riesgos que les permitan reaccionar y adaptarse más rápidamente a las nuevas condiciones, así como integrar a proveedores y distribuidores en una planeación de ventas y operaciones más coordinada.
Asimismo, hacer más flexibles las cadenas de valor alimentarias con el objetivo de adaptar la producción y el suministro para poder absorber los impactos que pudieran sufrir la oferta y la demanda, además de implementar tecnologías que permiten tener visibilidad completa de la cadena de suministro y automatizar almacenes para priorizar los productos de mayor demanda.
OPINIÓN. Era de cambio: hacia un nuevo emprendimiento
Finalmente, las empresas pueden elevar su resiliencia al diversificar a sus proveedores y canales de distribución para lograr que sus cadenas de suministro funcionen de manera efectiva.
Somos conscientes de que la crisis provocada por el COVID-19 ha generado cambios en qué, dónde y cómo nos alimentamos, al igual que en los modos de producción y distribución necesarios para llevar la comida a nuestros hogares, pero se están abriendo nuevas ventanas de oportunidad y mejora para ser más resistentes a disrupciones como la que estamos viviendo, para ser capaces de producir y poner a disposición de la población alimentos nutritivos, accesibles y sustentables.
Nota del editor: Manuel Ostos es Socio Líder para la Industria de Retail en Consultoría, Deloitte México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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