Las medidas sanitarias catapultaron varios rubros de la digitalización. Uno de ellos es el impulso al e-commerce. Los negocios de productos ya no tienen que abrir necesariamente un espacio físico, pueden hacerlo mediante una tienda en línea o un marketplace.
Para los que ya contaban con presencia en línea fue mucho más sencillo adaptarse a la nueva normalidad, pero otros tuvieron que hacerlo motivados por el impulso de no perder clientes o, incluso, cerrar definitivamente.
Como resultado de esta adaptabilidad, las ventas se incrementaron en números que no se habían visto anteriormente. Pequeños comercios reportaron ventas en línea de más del 59%, pero este crecimiento también sentó las bases para derribar una de las principales barreras por la que los mexicanos se resisten a comprar en línea: la falta de confianza.
Ahora 7 de cada 10 compradores se siente seguro realizando sus compras de manera digital, lo que significa que seguirán comprando por este medio, reportó la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO).
Antes de la pandemia, el delivery o servicio de entrega de comida a domicilio comenzaba a tomar fuerza en el mercado nacional; no obstante, ha sido pieza clave para muchos negocios, en particular para los del sector restaurantero. Este sector sin duda difícilmente volverá a ser el mismo, ya que sigue demostrando su eficacia y la gente se empieza a acostumbrar a solicitarlo, por lo que la demanda va en aumento.
Para las empresas que ofrecen servicios ha sido más complicado adaptarse a la digitalización debido a la complejidad de su operación, pero la pandemia hizo que muchos empresarios pusieran manos a la obra y diseñaran estrategias para llegar a los compradores. Ahora vemos conferencias vía Zoom, clases virtuales y demás servicios que hasta ahora no eran populares de manera remota.