En esta nueva economía, las empresas que han llevado sus negocios bajo modelos tradicionales y que replican soluciones sin ningún valor agregado, deberán pasar la prueba de fuego de un mercado con nuevas reglas de supervivencia. Esta es la oportunidad de oro que tienen los emprendimientos bajo las circunstancias actuales para nivelar el terreno del juego económico.
Los nuevos emprendedores deberán enfocarse en la innovación disruptiva, ya que su agilidad les brinda ventaja para adaptar sus productos y servicios con mayor velocidad al escenario post COVID, donde dominarán las soluciones tecnológicas de bajo costo y de gran alcance. Aquí, la pandemia ha resaltado dos áreas de oportunidad donde todo emprendedor podrá competir en las grandes ligas: la salud y el comercio electrónico.
Aunque las farmacéuticas compiten en mercados de salud donde es difícil incursionar, otros nichos han ganado terreno. La crisis acentuó "dolores" que antes eran menos evidentes, la salud física y mental, la nutrición y el ejercicio son necesidades que hoy se abordan bajo el concepto wellness. Si un emprendedor tuviera una clara propuesta de valor dirigida a este sector, no importando si es altamente científica o radicalmente alternativa, ahora es el momento perfecto para sacarla a la luz. Sin embargo, deberán considerar integrar herramientas digitales en sus productos y servicios.
El distanciamiento social volcó aún más nuestra atención al mundo digital, pero ahora como una vía para mantener contacto con amigos y familia, para dirigir negocios, para entretenernos, para aprender y para mantenernos en forma. Buscando disminuir el riesgo que hoy implica el contacto cara-a-cara, interactuamos mediante dispositivos electrónicos: solicitamos comida a domicilio, pagamos servicios, atendemos reuniones, atendemos conciertos y aprendemos a distancia. La tecnología nos ha permitido seguir funcionando como sociedad.
OPINIÓN: El comercio es la transición inminente
Otra gran ventaja que brinda la tecnología es su naturaleza horizontal en términos de su aplicación. Un emprendedor puede agregar valor en su producción, distribución o consumo integrando tecnología, independientemente del eslabón de la cadena de valor donde su negocio se encuentre; puede tecnificarse tanto el sector primario como el sector servicios: desde una irrigación automatizada generadora de datos sobre la siembra, hasta un bot impulsor de ventas en una tienda online.
El virus aceleró la transformación digital e inevitablemente cambió los hábitos en el consumo de medios digitales. Los nuevos emprendimientos inteligentes deberán adaptar sus canales de distribución, dado que las aplicaciones móviles, las redes sociales y sitios web han tomado un papel estelar en esta crisis, porque engrasan la maquinaria comercial de los negocios. De acuerdo con un estudio de la asociación española AECOC, el 17% de los individuos que compraron por primera vez en línea durante el confinamiento, continuará haciéndolo una vez que termine la contingencia.