La espiral será así: quienes han visto reducidos sus salarios de un 30 a un 60%, no recuperarán la cantidad restante este año; aquellos que fueron despedidos por la paralización económica, podrían ser recontratados pero con un salario más bajo; mientras que buena parte de quienes están desempleados lo seguirán siendo y así la cifra de desempleo podría seguir incrementando.
Las perspectivas de expertos en personal son pesimistas “Será difícil cambiar el discurso en 2021. Será igual o peor”, dice Rogelio Salcedo, líder del área de Career de Mercer. “Las empresas han estado aguantando y tomarán decisiones puntuales y drásticas. La mayor parte reducirá su headcount y exigirá mantener la optimización”.
Quienes forman parte de las áreas de RH bien podrían escribir un libro en torno de los dramáticos episodios que han tenido que sortear. Pero la instrucción es mantener al mínimo el capital de trabajo. Con ello, habrá muchas estrategias: eliminar los bonos y, si acaso, se le otorgará a quien esté dando el 200% y la empresa tema que un competidor se lo pueda arrebatar; apostarle más al ingreso variable y menos al fijo; ofrecer plan de acciones y así incentivar la lealtad. Pero eso solo ocurrirá en aquellas empresas que tienen buenos financieros. En el resto, cuidado.
El aguinaldo no tendría por qué estar en riesgo ya que financieramente debía estar considerado en las previsiones. Pero todo puede pasar y, más, cuando se trata de negociaciones individuales. En las pymes es posible que algunos patrones busquen la manera de cubrirlo en pagos. El aguinaldo es una espada muy filosa, por lo que buena parte de las empresas no querrán arriesgarse con el impago, pero en tiempos de emergencia nada está garantizado.
OPINIÓN: Clase media, bienvenida a la pobreza
Para 2021, además, los incrementos serán iguales o menores que la inflación y donde sí habrá mucha tensión será en el PTU, en el reparto de las utilidades; habrá empresas que ni siquiera lo pondrán a consideración y otras que se negarán a dar el 10% que se determina como porcentaje de PTU.
Las consecuencias de todo esto son múltiples. El descontento en los equipos y sus familias por el cambio en el estilo de vida. El crecimiento de la informalidad y el frenón en la economía formal. La dificultad para medir el verdadero estado que guardan la competitividad y la productividad. La productividad pudo subir pues se percibe un ímpetu por sacar adelante a la empresa, pero es difícil integrarla por ejemplo en el P&L (estado de resultados) cuando no hay ventas.