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La historia no contada de la fractura empresarial

La estructura de la actividad productiva ya cambió y eso ha provocado que el sector empresarial no sea monolítico (algo muy sano), apunta Jonathán Torres.
lun 07 septiembre 2020 01:05 PM

(Expansión) – La unidad empresarial ya registra grietas. La estrategia seguida para descifrar el modelo de pensamiento de Andrés Manuel López Obrador y el bajo calibre de los acuerdos alcanzados con su administración provocan enojo, frustración, inconformidad. El liderazgo empresarial está en entredicho y empieza a gestarse una silenciosa rebeldía frente a los egos e intereses de los grandes jugadores, que inhiben una postura más contundente frente al avasallador estilo de gobierno presidencial.

En los próximos días se anunciará el plan de reactivación económica para contrarrestar los latigazos de la pandemia y las crónicas enfatizarán la buena voluntad de sus protagonistas. La crisis es de tal magnitud que dicho plan traerá buenas acciones para inyectar la actividad económica, sobre todo en el sector de la infraestructura, pero nada más, pues en la conciencia de muchos empresarios se seguirá alimentando la sensación de que sus líderes no están generando un contrapeso ante las decisiones del gobierno y, por tanto, los beneficios logrados son limitados y su representación también.

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La hostilidad se expresa de varias formas, pero las coincidencias se resumen así: Carlos Salazar, presidente del CCE, tiene muy buenas intenciones, incluso se le reconoce su visión con enfoque social y su compromiso real por imponer un enfoque social a la práctica empresarial, pero el problema está en el mar de intereses y egos que privan entre los grandes empresarios y, eso, deja la sospecha de que las reglas del juego son el cortoplacismo y cómo se gana dinero con los proyectos que están sobre la mesa, sin importar la creación de valor.

La estructura de la actividad productiva ya cambió y eso ha provocado que el sector empresarial no sea monolítico (algo muy sano). Las empresas trasnacionales tienen un peso muy relevante en la actividad económica y su interlocución con el gobierno es distinta a la que ejecutan las mexicanas. Los millonarios no requieren de intermediación. La Coparmex siempre trata de fijar posturas críticas. Otros empresarios prefieren tejer buenas relaciones con los gobernadores. Esta diversidad es sana, pero hoy el problema ocurre cuando la interlocución con el poder político no defiende ante todo intereses comunes.

Buena parte de la actividad económica del país es producto de aquellos empresarios que hoy no gozan de líneas de crédito. Millones de pequeñas y medianas empresas no tienen una representación de peso en los órganos empresariales. Y, quienes forman parte, son cooptadas mediante el financiamiento. Las pymes deben ser incluidas en la toma de decisiones. Ellas son el mainstream. Hay una brutal distancia entre empresarios ricos y empresarios pobres. ¿Quién defiende a los segundos?

Las necesidades comunes se sujetan a intereses creados. Un ejemplo de ello será el plan de reactivación económica que se avecina. Los empresarios que dependen de obra pública seguramente no lo cuestionarán. Pero no se espera asertividad de su parte para exigir un plan de reactivación integral. Para quienes están detrás de los contratos de infraestructura será una gran noticia y una muestra del gran trabajo entre gobierno y organismos empresariales. Para muchos no será así. Al tiempo.

También, hay otro factor que escapa a cualquier liderazgo empresarial: la narrativa que el presidente ha sembrado alrededor de buenos y malos. En el imaginario colectivo los empresarios son ubicados en el segundo bando, por lo que se requerirá de mucho tiempo para cambiar esa percepción pero, por lo pronto, al gobierno le resulta muy conveniente tener a un sector privado fracturado. Divide y vencerás.

¿Qué posición tomaría AMLO si tuviera enfrente a esos empresarios que no salen en los periódicos, que han sacado sus empresas bajo la cultura del esfuerzo, que solo piden del gobierno respeto a la propiedad y a la libertad de empresa, que piensan en el largo plazo y llaman a tomar ya en serio la transición digital? Ellos, además, sí representan votos.

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¿Cómo pueden las empresas reactivar la economía mexicana? | #CómoReactivarMéxico

La fractura en la IP es música para los oídos del presidente. Así se lo han hecho saber algunos de sus colaboradores más cercanos. Y por eso es aquí cuando en esta historia hay una dosis de romanticismo, que llama a la unidad empresarial en función de ciertos argumentos inatacables: defender al sector productivo nacional, indispensable para el bienestar; que la empresa también es un medio de apoyo social y que no está reñida con los objetivos presidenciales; que se dejen atrás los egos y hasta el tráfico de influencias y se defienda a las bases empresariales; que se pare con el show mediático y no se dirija la interlocución empresarial hacia una sola persona en el gobierno, pues eso alimenta que ésta concentre más y más poder.

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En el CCE no se piensa que haya alguna fractura. Bajo su óptica, se viven tiempos inéditos y complicados que, aunque hay atención a las bases empresariales, resulta complicado atender a un universo tan grande. Sí hay apoyo pero está disperso. La dimensión social en los empresarios existe, sostiene el CCE. En los próximos días anunciará el programa “Impulsa tu empresa”, una plataforma digital en colaboración con la Conago para que los empresarios de cualquier tamaño consulten información sobre créditos bancarios, proveeduría, entre otros asuntos.

La Secretaría de Economía, a través de su titular Graciela Márquez y del subsecretario Ernesto Acevedo, ha sostenido reuniones con diversas empresas (empresas sí, no líderes) para encontrar los mejores caminos que lleven a la reactivación económica y así se han deslizado posibles acciones para quitar barreras a la inversión y trabajar un ambicioso plan en proveeduría, que impacte a empresas nacionales y extranjeras.

Nota del editor: Jonathán Torres es periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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