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El valor de la educación y sus posibilidades

Hay un tema que en México en realidad no se ha aprovechado y que ha sido exitoso en los países desarrollados: la alianza entre las universidades y la IP, consideran Mauricio Hubard y Marcos Escobar.
mié 30 septiembre 2020 11:56 AM

(Expansión) –Es cuestión de cultura y de saber, solo se pierde lo que se guarda y solo se gana lo que se da”: Nelson Mandela.

Escribo este articulo en coautoría con Marcos Escobar, amigo desde la primaria, quien ha desarrollado sus estudios de forma brillante en las mejores instituciones a nivel mundial como MIT. Estuvo en la docencia hace años y recientemente decidió dejar una carrera de gran éxito profesional que lo llevó a ocupar una vice presidencia a nivel internacional en Mastercard.

En un acto de coherencia admirable decidió dedicar su vida a lo que le apasiona y hace feliz: la docencia. Tuvo ofertas en las mejores universidades y seleccionó la Anáhuac de Querétaro, donde fue nombrado Director de todos los programas de Ingeniería, una enorme ganancia para la educación en México, que se verá reflejada en miles de jóvenes.

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A lo largo de la historia, siempre se ha hablado del valor de la educación, unas culturas más que otras le han dado el debido valor a la misma; la educación, en su sentido más amplio, transforma al ser humano en una mejor persona, más plena y con mayor potencial para lograr sus metas, para aportar positivamente al mundo.

En México ha sido una asignatura pendiente de lograr, el tener una educación de calidad para todos los mexicanos, aún y cuando se han destinado enormes cantidades de recursos al tema. Si pensamos en los miles de millones de pesos que se han asignado a la educación en los últimos 50 años, son cifras enormes, con resultados deficientes en todos los niveles educativos.

Y el resultado ha sido una afectación en la calidad de vida de millones de niños que ya gran parte son adultos y adultos mayores, pero también implica un gran tope a la capacidad de México para salir adelante, para crecer más como país, para la economía y para lograr el enorme potencial que México tiene.

No hay una solución de corto plazo para resolver este problema, pero se debería de realizar un acuerdo nacional sobre el tema con los mejores expertos sobre el mismo, nacionales y extranjeros; analizar casos de éxito como el de Singapur o Corea del Sur; y establecer un programa claro, con metas de corto, mediano y largo plazo; que se revisen constantemente los resultados y corrijan oportunamente las cosas que lo ameriten.

La educación es de tal importancia que no puede ser de visión sexenal, debe trascender en el tiempo a cualquier gobierno en turno, por eso hablamos de un acuerdo nacional o posiblemente un organismo autónomo con objetivos y políticas claras para un avance real en la materia. Quitemos a la Educación como una moneda de cambio de tipo electoral o político, México necesita nuestro compromiso con ella y lograr capitalizar el potencial que tenemos.

La educación básicamente se divide en la privada y la pública, en las dos hay instituciones ejemplares y de pésima calidad; en México hay profesionales destacados en todas las áreas de la sociedad que provienen de ambos sectores. Acortar las diferencias entre todos estos dos sistemas educativos debería ser prioritario para el país. Debemos cambiar la cultura de la ley del menor esfuerzo, de hacer la educación fácil para los alumnos, y nuestro compromiso debería buscar robustecer la forma de cómo los formamos, cómo los hacemos pensar más allá de lo que ven en las aulas.

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El gobierno de México recorta el 50% de recursos para docentes en plena pandemia

Por otro lado, debemos valorar más a quienes se dedican a formar a nuestros niños, jóvenes y adultos. Las vocaciones de nuestros maestros, profesores e investigadores no son reconocidas o aceptadas como fundamentales para el progreso de nuestro país, y son más bien catalogadas como trabajos de segunda categoría y mal remunerados, en todos los niveles. Un cambio radical es necesario si queremos aspirar a darle la vuelta como otros países lo han hecho.

Esto mismo sucede a nivel de las empresas con respecto a invertir en temas de educación y capacitación para sus colaboradores. Hay una gran diferencia entre aquellas que invierten en la capacitación de sus equipos de trabajo y aquellas que no lo hacen; no todas tienen los recursos necesarios para esto o no le dan la debida importancia. Sin embargo, cada día hay más herramientas que permiten el desarrollo de cursos de capacitación, con un costo mucho más bajo que hace unos años, cursos presenciales o en línea, los que han tomado una relevancia especial ante la pandemia.

OPINIÓN: Tragedia educativa, ¿nos sentamos a verla o hacemos algo?

Y hay un tema que en México en realidad no se ha aprovechado y que ha sido exitoso en los países desarrollados: la alianza entre universidades e iniciativa privada. Posiblemente por ese alejamiento o minimización que se tiene por el sistema educativo, pero es momento de empezar a ver en la Academia a un aliado estratégico, no solo como proveedor de talento sino como brazos de desarrollo e innovación para las empresas.

Un ejemplo reciente de estas asociaciones y sus beneficios es la alianza entre la farmacéutica AstraZeneca con la Universidad de Oxford (en Inglaterra) a fin de desarrollar una vacuna contra el COVID-19.

Es tiempo de que México (ciudadanos, empresas y gobiernos) cambien su perspectiva y vean la necesidad de invertir para alcanzar una educación de alto nivel como clave del desarrollo del país.

OPINIÓN: Romper esquemas y aprehender la vida

Urge hacerlo, es el camino para lograr la mejor versión de México en el tiempo, y ¡sí se puede!

Nota del editor: Mauricio Hubard es Fundador y Presidente de Juntos Financiera , estudió Relaciones Industriales en la Universidad Anáhuac del Sur, graduado de la escuela de Negocios de Harvard (Harvard Business School) en la maestría ejecutiva “Owners, President Management Program, OPM “ en la generación 34, es miembro activo del Harvard Alumni Association; Desarrollo de Instituciones Financieras en el JFK School of Goverment de Harvard, también de Responsabilidad Social de las Empresas por la Universidad de Stanford y el ESADE de Barcelona. Síguelo en Twitter . Marcos Escobar es Director de todos los programas de Ingeniería de la Universidad Anáhuac de Querétaro. Escríbele a mescobar@alum.mit.edu . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente a los autores.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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