Lo anterior nos permite inferir que la población empleada en octubre ya está en un 95% de su nivel de marzo (53 millones vs. 55.8 millones respectivamente). Si comparamos este desempeño con los indicadores de actividad económica parece haber una cierta ruptura que muestra realidades disímiles. Por ejemplo, el PIB al tercer trimestre de 2020 presentó una caída de 8.6% en comparación con el mismo periodo de 2019.
La pregunta es: ¿cómo es que tenemos una economía que se desplomó anualmente 8.6% al tercer trimestre de 2020, pero con una tasa de desempleo de tan sólo 5%? Una contracción económica de esta magnitud es más congruente con una tasa de desempleo superior a 10%.
En una nota técnica elaborada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), titulada “México y la crisis de la COVID-19 en el mundo del trabajo: respuestas y desafíos”, se estima que con una contracción económica de 8.8% la tasa de desempleo de México se ubicaría en 10.5%, diametralmente opuesta a la realidad de 5%.
Para entender por qué la economía está más deteriorada que el mercado laboral tenemos que fijarnos en la relación entre el número de empleados y las horas laborales. Típicamente se asume que los empleados cumplirán con una jornada laboral de 8 horas al día y 48 horas semanales, lo que hace que la relación entre empleados y horas trabajadas sea relativamente constante a lo largo del tiempo.
Como producto de lo anterior, el número de empleados es una variable relevante para medir el desempeño de la economía, tal es así que en el análisis del mercado laboral es común utilizar la contribución que tiene un cambio en el empleo sobre el crecimiento económico (elasticidad del empleo al PIB) para realizar estimaciones, que es justamente lo que utilizó la OIT en la construcción de sus escenarios.
Sin embargo, la pandemia por COVID-19 generó distorsiones muy importantes en el mercado laboral derivado de las políticas de confinamiento para contener su propagación. Por un lado, se registró una disminución sustancial en las horas de trabajo, mucho mayor que la caída en el empleo; la razón es que muchas empresas no despidieron a sus trabajadores, pero acordaron reducir las horas de trabajo. Por el otro, los salarios pagados se acortaron y en algunos casos incluso se acordó mutuamente la suspensión del salario.
En relación con lo anterior, en un análisis sobre el sector manufacturero y el empleo al 3T20, HR Ratings muestra que la caída de las horas trabajadas en el sector manufacturero durante abril fue de 26.7% mensual, en línea con el desplome de la producción manufacturera de 31%, mientras que el número de empleados o personal ocupado del sector tan sólo cayó 2%.