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E-Commerce y la competencia sin fronteras

Una mala experiencia por fraude puede ser más perjudicial para la tienda que una entrega a destiempo o un producto defectuoso, opina Víctor M. Islas.
sáb 05 diciembre 2020 07:00 AM

(Expansión) – La pandemia ocasionó sucesos interesantes, como ver a una pareja de señores de 50 años sentados en silencio, recibiendo una capacitación intensiva por parte de sus hijos sobre cómo hacer el súper por la vía del e-commerce. El confinamiento nos llevó a esto a una velocidad increíble, tanto a consumidores como a empresas. Nos cambió la vida, porque estudios posteriores han probado que para muchos el hábito de comprar en línea llegó para quedarse.

Para las tiendas y cadenas minoristas en México esto representa un gran reto, ya que el comercio electrónico, su principal fórmula de supervivencia en 2020, también evidenció sus carencias en materia tecnológica, logística y de seguridad y servicio al cliente.

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En ese contexto, algo que deben tomar en cuenta quienes hoy venden al consumidor a través de Internet es que esa sonriente veinteañera que está enseñando a sus padres a comprar el súper, está buscando con total confianza ropa y cosméticos en establecimientos de otros países, y probando qué tan buenos son sus mecanismos de entrega en México. Muchos lo hacen sin problema.

Sucede que cuando hablamos de comercio electrónico no podemos suscribirnos al ámbito nacional. Más allá de alimentos y abarrotes, hay cadenas internacionales (de “ladrillo” y virtuales) que compiten con los negocios mexicanos como si estuvieran cruzando la calle.

El cambio es para siempre

El comercio electrónico crecerá 60% en México en 2020, de acuerdo con estimaciones de la consultora IDC, pero hay que resaltar que hace poco un analista de la firma señaló que esta actividad creció 500% de una semana a otra en los primeros meses del confinamiento.

Los datos de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) describen lo mismo: 48% de sus encuestados en octubre manifestaron buscar en Internet antes de comprar productos o servicios y 39% que compran en línea. Este porcentaje a aumentado constantemente todo el año.

Todo ello es una buena noticia para las cadenas que ya dominan el e-commerce, pero hay que resaltar algo que distingue al consumidor mexicano de otros en el mundo: a la mayoría (57%) le parece lo mismo comprar en tiendas mexicanas o en sitios basados en el extranjero. Sólo 28% prefiere comprar en sitios locales, de acuerdo con un estudio de ClearSale en varios países.

Para comparar este dato, 61% de los británicos prefiere comercios locales, así como 46% de los canadienses. ¿Porqué?

Una manera de explicarse esta preferencia es un viejo hábito entre las clases medias altas y altas en México: el mercado estadounidense está demasiado cerca, después de todo. Si antes se hacían viajes de shopping (o como decíamos de broma, “compras de pánico”) al país vecino, hoy las marcas de vanguardia están a un clic de distancia.

Las marcas de moda de lujo, deportivas, informales e incluso fast fashion, todas prestan servicio al mercado mexicano, ya sea a través de una red comercial local o directamente desde el extranjero. La tienda en línea no tiene por qué estar aquí si la capacidad de distribución sí llega a México.

Las marcas estadounidenses y europeas son ampliamente seguidas por los compradores mexicanos, que gastan en línea (con datos previos a la pandemia) unos 2,472.45 pesos al mes en promedio, pero en algunos casos mucho más.

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De esa forma, las tiendas en México compiten en todo los niveles de servicio con cadenas detallistas extranjeras, incluyendo el tema de la seguridad. A estas alturas la mayor parte de los mexicanos que consumen en línea conoce bien las diversas formas de fraude de que pueden ser víctimas en el e-commerce. También conocen a fondo las diversas medidas que las tiendas ofrecen para resguardar tanto sus datos como su dinero.

En este sentido, una mala experiencia por fraude puede ser más perjudicial para la tienda que una entrega a destiempo o un producto defectuoso. Tres cuartas partes de los consumidores encuestados por ClearSale declararon que definitivamente no regresarían a un sitio en donde fueron víctimas de un fraude.

Imaginemos entonces que uno de nuestros incipientes compradores en México, una de estas personas de 40 a 55 años que fueron lanzadas a comprar por primera vez, pierde dinero al comprar en una tienda, y luego hace una transacción sin problemas en otra. Ahí puede radicar la clave de la supervivencia de cualquier minorista nacional en el mediano plazo.

Nota del editor: Víctor M. Islas es Country Manager para Clearsale México y es un mentor en temas de fraude y pagos en línea. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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