Una de las lecciones principales que nos está dejando la aparición del COVID-19 es que hemos generado la tecnología suficiente que nos permite vivir en un mundo casi completamente digital, lo cual nos hace personas, empresas e incluso una sociedad más resiliente.
Estoy seguro de que en las próximas décadas “la pandemia del 2020” será un caso para analizar en las escuelas de negocios del mundo. Me imagino a un profesor preguntando a sus alumnos: ¿ustedes qué hubieran hecho en su negocio si de la nada llega una pandemia que provoca un caos total en la sociedad?, ¿cuáles acciones habrían tomado? Seguramente todas las respuestas irán en función de la gente y negocios que lograron adaptarse, en la resiliencia y en la importancia que tuvo la tecnología.
Es nuestro deber utilizar la tecnología para hacer organizaciones más resilientes, pero que mantengan un toque humano que las haga diferentes unas de otras. La pandemia nos está enseñando que si queremos una empresa que resista debe tener un fuerte fundamento digital, además de contar con un equipo dispuesto al cambio. Las compañías que cuentan con esto son las que menos han resentido el golpe económico.
Tan sólo una muestra: según el estudio de Madurez de la Transformación TI, realizado en 2018, y aplicado en 17 países, las empresas con mayor madurez digital tienen 22% más probabilidades de comercializar productos y servicios nuevos en el mercado antes que la competencia. Mientras que el 81% de las firmas admitió que, de no adoptar la transformación digital, sus empresas dejarán de ser competitivas en el mercado. Estos datos son de hace dos años; estoy seguro de que tras la pandemia, estos porcentajes aumentarán en gran medida.
Digitalización permanente
La crisis sanitaria nos está enseñando que la digitalización será permanente, ya que acelerará nuestros procesos y nos ayudará a convertir nuestros productos/servicios en algo más conveniente para nuestros clientes, tanto en la ejecución, como en la entrega y en el cobro.
OPINIÓN: ¿Cómo el sector fintech puede transformar a las pymes mexicanas?
El caso de Amazon es un ejemplo perfecto: su servicio resulta muy conveniente para los clientes y, obviamente, lo es para la misma compañía. No por nada es la marca más valiosa del mundo.