Pero ¿por qué vulnerar la autonomía del Banco de México nos afecta a todos?, simplemente porque el Banco es el responsable de mantener la estabilidad de precios, lo que significa inflación estable y expectativas bien ancladas. El Banco de México es autónomo desde 1994 cuando entró en vigor la reforma al artículo 28 Constitucional. Así comenzó una política permanente de lucha contra la inflación.
México logró superar los episodios inflacionarios vividos en las décadas de los setenta hasta mediados de los 90 y con la adopción del régimen de tipo de cambio flexible fue posible que a principios del año 2000 la inflación fuera de un solo dígito.
Banxico tiene una política de objetivos de inflación, actualmente el objetivo es del 3% con un rango de variabilidad de más/ menos 1%, que ha sido exitosa generando certidumbre a los ciudadanos e inversionistas. La estabilidad de precios producto de autonomía del Banco ha permitido que los mexicanos tengamos menores tasas de interés y con ello acceso a créditos de tasa fija de largo plazo.
Por otra parte, hay que destacar que el aumento generalizado de precios, conocido como inflación, afecta en mayor medida a las y los mexicanos más pobres.
La autonomía de Banxico permite a los mexicanos tener la certeza que el poder adquisitivo del peso mexicano no este subordinado al servicio de los gobernantes en detrimento de nuestro patrimonio. Además, la estructura institucional favorece la transparencia y rendición de cuentas.
En 2020, el World Justice Project en su índice de Estado de Derecho ubicó a México en el lugar 104 de 128 países, por lo que atentar contra la autonomía del Banco Central no es una política deseable ya que sin certeza jurídica no atraemos inversión y sin esta no tendremos crecimiento económico.