Un hecho del aprendizaje humano es que al centro de nuestro ser somos creaturas que siempre buscamos información. De la misma manera que el ser humano busca alimento o construye una casa, siempre está en búsqueda de nuevos datos del ambiente que nos rodea; de hecho, más del 90% de las personas han agregado multitareas a su rutina diaria: comer con televisión, ejercicio físico con música, chatear mientras están en clase o reuniones con otros individuos, hablar por teléfono mientras se conduce el vehículo, entre otras acciones.
Los celulares, bocinas, televisiones inteligentes han entrado a los cuartos, los baños, los comedores, las oficinas, los salones de clases, las salas de reuniones, el transporte público e incluso en vacaciones. En esta línea, las mega ciudades están proveyendo de acceso a internet gratuito para alimentar la conducta de estar conectados y consumiendo información permanentemente.
Un segundo hecho importante es que la mente humana utiliza tres facultades para organizar el conocimiento que adquiere: la atención, la memoria activa de trabajo y la administración de prioridades. Esta última capacidad de seleccionar en qué deseamos enfocarnos permite realizar una, dos o más actividades al mismo tiempo, sin embargo, el poder de enfoque se divide también en cada tarea simultánea de acuerdo a nuestras preferencias.
La mente humana no puede procesar en paralelo dos ocupaciones. Por lo mismo, tenemos que decidir conscientemente en dónde queremos invertir el tiempo de atención y la memoria activa que nos permite mantener conductas coherentes y seguras. Por ejemplo, al hablar por teléfono y conducir un vehículo, si la atención se enfoca mayormente a la conversación se pierde la capacidad de manejar el automóvil lo que lleva a un incremento de un accidente por imprudencia. La atención a un chat dentro de una junta, desenfoca de los puntos clave de dicha reunión.
La capacidad de atención es limitada y la fidelidad en la memoria de trabajo se va deteriorando conforme se le acumulan más deberes al cambiar de una a otra en periodos cortos. En concreto, tenemos un cerebro con capacidades antiguas que está evolucionando en un mundo de alta tecnología de forma acelerada.
Un tercer elemento es toda la información que se ha acumulado en los últimos meses en los sistemas de administración del aprendizaje y sistemas públicos de educación, que abren un área de comprensión de la realidad educativa en todos los niveles y modalidades.