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Empleados, la batalla está perdida (por ahora)

Las empresas que aún cuentan con condiciones para conservar a su talento también aplicarán medidas de supervivencia; serán más cuidadosas con los costos y gastos, opina Jonathán Torres.
lun 15 febrero 2021 12:03 AM

(Expansión) - La etapa más cruda del empleo formal no termina y, consecuentemente, los grados de productividad y competitividad seguirán muy bajos. La generación de empleos para los próximos meses no tomará brío, la informalidad se intensificará como mecanismo de salvación para miles de hogares y habrá una notable precarización en la seguridad social. Es decir, los trabajadores tienen todas las de perder.

Este 15 de febrero, el INEGI da a conocer el último capítulo de la tragedia laboral de 2020 a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo y para nadie resulta descabellado vaticinar que sus cifras serán las peores de los últimos tiempos; sin embargo, se espera que el infortunio se instale por lo menos todo este año.

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En tiempos normales (entiéndase antes de la pandemia), durante el primer trimestre de cada año se generaban en promedio 350,000 empleos. Pero, dada la semaforización que ha impedido la reactivación de la economía, se observa difícil alcanzar esta cifra para el cierre de marzo. El primer trimestre de cada año, además, se considera como referente en cuanto al comportamiento que tendría el empleo durante el resto del año.

Así, los ánimos están muy bajos en el sector privado. Un botón de muestra: en los próximos días, Manpower dará a conocer su encuesta en torno de las expectativas de empleo para 2021 y llama la atención que para este año añadió una pregunta con la que intenta proyectar el momento en el que los negocios esperan tener el número de empleados que tenían antes de la tragedia sanitaria.

No es posible conocer la respuesta, pero muy probablemente se estima que lo que la pandemia se llevó se recuperará hasta el próximo año, en el mejor de los casos.

“No vemos un avance rápido, recuperaremos el empleo hasta 2022”, sostiene Héctor Márquez, presidente de la Asociación Mexicana de Capital Humano (AMECH).

En el corto plazo, la apertura gradual de la economía incentivará un poco el empleo, pero solo un poco dado que tampoco se cuenta (ni se contará) con apoyos fiscales o créditos por parte del gobierno para mantener las fuentes de trabajo.

Ante este panorama, es posible que haya algunos ajustes en los modelos de contratación, de tal forma que la prestación de servicios ocurra mediante la entrega de recibos de honorarios, o bien, que los trabajadores pasen a ser parte de cooperativas; es decir, que castiguen su seguridad social (IMSS, Infonavit) o busquen algún mecanismo para reducir (o evitar) el costo fiscal.

“Diez años de impulsar mejores condiciones de seguridad social para los trabajadores irán hacia atrás”, acusa Diego Vázquez, gerente de Investigación de Oxfam México. “Si las empresas no demandan mano de obra, las personas crearán sus propias fuentes para derivar ingresos. Además, habrá empleos precarios, salarios muy irregulares”.

“El empleo permanente, los salarios y la protección social van a la baja”, complementa Gonzalo Hernández Licona, director de la Red de Pobreza Multidimensional. “La recuperación de los empleos formales y de buena calidad será muy lenta; quizá para 2023 regresemos a los niveles prepandemia”.

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De acuerdo con cifras oficiales, hay un decrecimiento en el número de trabajadores asegurados en el IMSS en el arranque de los últimos dos años; por ejemplo, en enero de 2019, se registraron 94,646 empleados, para 2020 la cifra llegó a 68,955, mientras que para enero de 2021 se registraron 47,919 empleados.

El aumento de la informalidad resulta ser la consecuencia natural de esta caída, por lo que se proyecta que haya más de 33 millones de empleados en la informalidad frente a 23 millones, en promedio, en la formalidad.

Finalmente, las empresas que aún cuentan con condiciones para conservar a su talento también aplicarán medidas de supervivencia; serán más cuidadosas con los costos y gastos, algunas de ellas buscarán la forma de mantener buenos salarios para no perder conocimiento y gente, serán más selectivas en puestos críticos, se enfocarán más en el reconocimiento que en el pago, promoverán el cuidado integral del trabajador con foco en su salud mental, mientras que la compensación será variable y en función de metas de corto plazo.

Definitivamente, la formalidad del empleo pasa por sus peores momentos.

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Vale la pena indagar más en un fenómeno relativo a la recuperación del empleo de las mujeres. Según datos del IMSS, las mujeres no están regresando a los trabajos de la misma forma que los hombres, debido a actividades de cuidado en casa. Lamentable.

Nota del editor: Jonathán Torres es periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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