En tiempos normales (entiéndase antes de la pandemia), durante el primer trimestre de cada año se generaban en promedio 350,000 empleos. Pero, dada la semaforización que ha impedido la reactivación de la economía, se observa difícil alcanzar esta cifra para el cierre de marzo. El primer trimestre de cada año, además, se considera como referente en cuanto al comportamiento que tendría el empleo durante el resto del año.
Así, los ánimos están muy bajos en el sector privado. Un botón de muestra: en los próximos días, Manpower dará a conocer su encuesta en torno de las expectativas de empleo para 2021 y llama la atención que para este año añadió una pregunta con la que intenta proyectar el momento en el que los negocios esperan tener el número de empleados que tenían antes de la tragedia sanitaria.
No es posible conocer la respuesta, pero muy probablemente se estima que lo que la pandemia se llevó se recuperará hasta el próximo año, en el mejor de los casos.
“No vemos un avance rápido, recuperaremos el empleo hasta 2022”, sostiene Héctor Márquez, presidente de la Asociación Mexicana de Capital Humano (AMECH).
En el corto plazo, la apertura gradual de la economía incentivará un poco el empleo, pero solo un poco dado que tampoco se cuenta (ni se contará) con apoyos fiscales o créditos por parte del gobierno para mantener las fuentes de trabajo.
Ante este panorama, es posible que haya algunos ajustes en los modelos de contratación, de tal forma que la prestación de servicios ocurra mediante la entrega de recibos de honorarios, o bien, que los trabajadores pasen a ser parte de cooperativas; es decir, que castiguen su seguridad social (IMSS, Infonavit) o busquen algún mecanismo para reducir (o evitar) el costo fiscal.
“Diez años de impulsar mejores condiciones de seguridad social para los trabajadores irán hacia atrás”, acusa Diego Vázquez, gerente de Investigación de Oxfam México. “Si las empresas no demandan mano de obra, las personas crearán sus propias fuentes para derivar ingresos. Además, habrá empleos precarios, salarios muy irregulares”.
“El empleo permanente, los salarios y la protección social van a la baja”, complementa Gonzalo Hernández Licona, director de la Red de Pobreza Multidimensional. “La recuperación de los empleos formales y de buena calidad será muy lenta; quizá para 2023 regresemos a los niveles prepandemia”.