En esta economía digital ya no solo se trata de mostrar el producto físico que vendemos, también se trata de proporcionar información de valor para quienes están buscando soluciones para resolver sus principales necesidades.
De acuerdo con el Content Marketing Institute, 70% de los consumidores prefieren conocer a una empresa a través de artículos en lugar de anuncios publicitarios. Por esto el contenido se ha vuelto prioritario para cualquier empresa que necesita comunicarse con clientes actuales y potenciales.
El contenido es el rey
El marketing de contenidos ya dejó de ser aquel término de moda que surgió hace casi dos décadas, y se ha convertido en un componente esencial de las estrategias de marketing. Bien lo dijo Bill Gates en un artículo publicado en 1996: “el contenido es el rey”; y aunque esta frase hoy puede sonar como un cliché, se trata de una verdad indiscutible, pues sin contenido no hay comunicación, y sin ella, hay cero posibilidades de crecimiento empresarial.
Así que si hoy todavía te preguntas: "¿Mi negocio necesita marketing de contenidos?", te diría rotundamente, ¡sí! Todas las empresas han sido creadas para ayudar a resolver el problema de alguien, y para tener un negocio exitoso, nuestros productos o servicios necesitan ayudar a resolver ese problema.
Los esfuerzos de marketing de contenido están ahí para guiar y orientar en la resolución del problema del cliente, crear y nutrir a una audiencia -que puede promover y respaldar a la empresa-, e impulsar el llamado éxito del cliente (ayudar a los clientes a obtener el máximo valor del producto o servicio).
Estrategia de distribución, crítica para el descubrimiento de contenidos
Sin embargo, desde mi experiencia, no basta con generar contenido de valor y relevancia y publicarlo “sin pies ni cabeza”; es crítico hacerlo descubrible a la audiencia correcta, en el momento correcto y por los canales adecuados. Seguro que por esto, Jonathan Perelman, exvicepresidente en BuzzFeed, actualizó la frase de Gates, al firmar que “el contenido es el rey, pero la distribución es la reina y ella lleva los pantalones”.
No hay duda. Podemos crear el mejor contenido, pero si éste no es descubierto orgánicamente por la audiencia adecuada, entonces se convertirá en un desperdicio de tiempo y esfuerzo. La forma en que distribuyamos y compartamos el contenido es tan importante como el contenido en sí, pues cada día se publican millones de éstos en distintos formatos a través de la web.
Así se origina una especie de batalla con muchas otras fuentes de contenido, todas luchando por captar la atención de los lectores. Sin una estrategia de promoción y distribución eficaz, todos nuestros esfuerzos de contenido fracasarán.