Sin embargo, todo apunta a que estamos frente a cifras inerciales, que rayan en un optimismo sin elementos para documentarlo, por lo que solo pueden ser vistas como brochazos de un mundo ideal; es decir, no hay muchos elementos para garantizar que están dadas las condiciones para el ansiado crecimiento económico.
“En general hay una visión optimista y lo que se espera es que el crecimiento de Estados Unidos arrastre a México”, afirma Sergio Luna, economista por la UNAM. “No veo a Hacienda tomando las decisiones, sino al presidente. La política económica se define en Palacio Nacional, pero no en la oficina del secretario de Hacienda”.
En efecto, se espera un crecimiento mucho más rápido y robusto de la economía de Estados Unidos que, consecuentemente, impacte favorablemente al crecimiento de México vía mayores exportaciones, más remesas, mayor flujo turístico. Hay muchos canales que pueden impactar a la economía mexicana; el ritmo tan acelerado de la vacunación en Estados Unidos, la reapertura económica y el significativo paquete de estímulos fiscales por 1.9 billones de dólares traerían implicaciones positivas.
Sin embargo, a lo que se le da mayor ponderación es a la estrategia de vacunación en México y, ahí, es donde el optimismo no cuenta con muchos seguidores. Todo lo contrario, si se toma en cuenta el magro avance de la vacunación, las estimaciones de crecimiento se disipan. “Eso (la vacunación) no me termina de convencer, con la información que tenemos en este momento. Yo sería un poco más cauto respecto a qué esperar en materia de crecimiento económico para México”, afirma Adrián de la Garza, economista en jefe y director del área de Estudios Económicos de Citibanamex.
Según las estimaciones, se espera un primer trimestre de 2021 con un crecimiento negativo. Así se rompería con la racha positiva que se registró en el tercer y cuarto trimestres de 2020, por lo que estaríamos entrando a las tasas de expansión negativas asociadas con los semáforos rojos de principios de año. Con el periodo vacacional de Semana Santa se espera un pico de contagios, con sus correspondientes impactos en el segundo trimestre.