Por otro lado, es común que las organizaciones, en la medida en que van creciendo, dejen de ser entusiastas respecto de la creatividad, para decantarse por lo seguro o lo que ha funcionado en el pasado.
El fenómeno de la burocratización, en el que cada propuesta o idea debe pasar por la aprobación de un número significativo de ejecutivos, puede representar una amenaza para el pensamiento creativo y la innovación.
Sobre este punto, las empresas deben asumir que las tecnologías digitales y el Internet han cambiado el juego definitivamente; las redes sociales, el big data, y la inteligencia artificial seguirán transformando la industria, el comercio y el ámbito laboral de manera acelerada, impredecible y disruptiva.
La única opción es abrazar el cambio y forjar una cultura de la creatividad que permee desde la dirección general hacia cada uno de los departamentos que componen la estructura organizacional. Tal como asegura el cofundador de Pixar Ed Catmull, la creatividad consiste en la capacidad de resolver problemas; bajo esta lógica, todo buen profesional requiere ser un ente creativo.
Asimismo, la comunicación es una indispensable aliada en la construcción de un entorno de creatividad e innovación. Nuevamente, cuando en un equipo de trabajo se comparten distintas perspectivas y enfoques el pensamiento creativo florece.
Cabe resaltar que la pluralidad de opiniones y el contraste de puntos de vista es algo benéfico para el proceso, por lo que nunca debe ser considerado como negativo. Suele decirse que, en los negocios, donde dos piensan igual, uno sobra.
En ocasiones, las mejores soluciones surgen del choque entre ideas aparentemente opuestas e incompatibles. No hay que temer al disenso, sino explorar diferentes alternativas, buscando el complemento en perfiles profesionales que aporten propuestas originales.
Las empresas líderes del futuro serán aquellas que logren apostar por la creatividad en un entorno laboral de confianza; sepan abrazar el cambio y comprender que no existe éxito sin innovación constante; y aprendan que el pensamiento creativo se fortalece de la mano de una comunicación organizacional efectiva que de pie a la generación de ideas de valor.
Nota del editor: José Guillermo Fournier Ramos es docente en la Universidad Anáhuac Mayab. Vicepresidente de Masters A.C., asociación civil promotora de la comunicación efectiva y el liderazgo social. También es asesor en comunicación e imagen, analista y doctorando en Gobierno. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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