No deberíamos aceptarlo: quienes no tenemos esa obsesión –casi todos– sí necesitamos trabajar y resolver retos y oportunidades del mundo real. De hecho, es en épocas electorales cuando más habría que hablar de estos asuntos y lo que toca hacer a cualquiera que aspire a gobernar. De ahí el preámbulo político para dar seguimiento al comentario anterior sobre turismo sustentable.
El turismo genera 4.5 millones de empleos directos en México y vive los momentos más difíciles de que se tenga memoria. En 2020 perdimos la mitad de la captación anual de divisas, unos 13,500 millones de dólares. La recuperación plena se espera hasta 2023 y estamos ante un cambio de paradigma global del sector: la “normalidad” no regresará sin cambios profundos que exigen reflexiones y definiciones oportunas.
Todo eso tiene más trascendencia para la vida de más personas que si alguien como Salgado Macedonio llega a ser gobernador. De él se habla de acusaciones de violación o sus amenazas a consejeros del INE. Nada concreto sobre qué haría ante la pobreza en que viven seis de cada 10 guerrerenses. Si buscas en Google qué propone sobre turismo (30% de la economía estatal), lo que sale es que pedirá la devolución a Acapulco del monopolio del Tianguis Turístico.
En cambio, si indagas sobre prácticas innovadoras de turismo sustentable en el mundo, probablemente te encuentres con una foto de la espectacular casa del árbol del Eco Resort Playa Viva, ubicado precisamente en la costa de Guerrero, en Juluchuca, al sur de Zihuatanejo.
Es un caso de referencia de un concepto que gana terreno: el turismo regenerativo. Desde la arquitectura y el plan de negocio, asumió como misión cuidar un estuario y la fauna de la zona, resolver carencias de la escuela local y un esquema de agricultura orgánica local para su abasto y en beneficio de la comunidad. Cobra 2% sobre la tarifa de estancia para fondos de inversión a favor del pueblo. Su eslogan es “Donde tus vacaciones se encuentran con tus valores”.
Tuve la oportunidad de estar ahí unos días y puedo decir que es el lugar que más les ha gustado a mis hijos. Sobre todo, recuerdan las brigadas nocturnas para rescatar nidos de tortugas. A mí me impresionó cómo están integradas la comunidad y el hotel. El turismo sustentable tiene algo muy especial: así como hace mejor a un lugar, sientes que puede hacerte mejor a ti mismo.
Básicamente, eso es el turismo regenerativo: va un paso adelante. No se queda en minimizar los impactos negativos: implica contribución proactiva de restauración ambiental y mejora de las condiciones sociales del entorno. Es inversión de impacto en acción, en una tendencia que debería formar parte de la oferta y la operación en todos los eslabones y los segmentos del sector, además de nuestros hábitos como viajeros y vacacionistas.
Otro ejemplo formidable: Rutopia.com, sitio de viajes sustentables desarrollado por emprendedores del Tec de Monterrey que recibieron de manos de Bill Clinton el Premio Hult, otorgado a soluciones para problemas sociales urgentes. La fórmula es armar rutas a la medida pasando por lugares increíbles de Oaxaca, Quintana Roo, Campeche, Chiapas o Puebla, donde la empresa trabaja con las comunidades para los servicios de estancia, tours y experiencias.