La tecnología resulta una aliada perfecta en esta transición. La explosión del teletrabajo en el último año redundó en una caída considerable en la emisión de dióxido de carbono, debido a la menor cantidad de traslados y a la disminución notable de vehículos circulando por las calles.
En líneas generales, las arquitecturas de nube representan un enorme aporte para el planeta: relevamientos recientes detectaron que las migraciones hacia cloud pública pueden reducir la huella de carbono en 59 millones de toneladas al año, una cifra equivalente a eliminar 22 millones de automóviles de las calles.
La relación entre sostenibilidad y tecnología tiene innumerables aristas. Una fábrica que se automatiza con inteligencia artificial minimiza los desperdicios durante el proceso de producción, ya que logra una planificación tal que la cantidad de materia prima utilizada es altamente precisa, además de que habilita un mayor uso de materiales reciclados.
El mantenimiento predictivo de las plantas y de los activos tecnológicos, por su parte, garantizan la eficiencia energética. Y las soluciones de logística permiten optimizar los recorridos de los transportes -sin contar que en el futuro inmediato comenzarán a prevalecer los vehículos autónomos, diseñados desde su concepción para ser más verdes y limpios-.
La digitalización también funciona como llave para potenciar la economía circular, las redes de negocios y, con tecnologías como blockchain, los máximos niveles de transparencia.
Pero además, las nuevas tecnologías aplicadas liberan el potencial humano y promueven una mejora en la calidad de vida. ¿Por qué una persona haría dos horas de cola en una sucursal bancaria si puede resolver todo en dos clics allí donde esté?
La democratización de la vida digital permite -si se generan las aplicaciones adecuadas- educación para todos, salud de alta calidad -incluyendo diagnósticos médicos remotos de alta precisión gracias al big data, la inteligencia artificial y las herramientas analíticas- y hasta mejores derechos ciudadanos -en la medida en que avancen las iniciativas de gobierno digital-.
Mejores servicios, mejores experiencias para los clientes, mejores niveles de atención en la medida que los chatbots incrementan sus capacidades.