La pandemia eleva la pobreza en América Latina a niveles récord en 12 años
Las expectativas sobre los acontecimientos futuros tienen una radical importancia sobre las conductas humanas presentes. Esto es más que significativo en una economía de mercado, dado que muchas decisiones dependen de cuestiones como la ganancia esperada, el nivel de precios que va a prevalecer, la cotización de las acciones en el volátil mundo financiero, etc.
En física, el principio de incertidumbre de Heisenberg establece un límite a nuestra capacidad de conocer simultáneamente ciertos hechos, tales como la posición y la velocidad de una partícula. La imposibilidad de predecir de manera confiable una crisis es un principio fundamental de la economía.
La Psicología Económica pretende una integración interdisciplinar de Economía y Psicología, lo que se estudia principalmente es la forma en cómo los seres humanos adquieren bienes y servicios, toman decisiones, ahorran, compran, se endeudan, y pagan o evaden sus impuestos.
En este contexto, la etiqueta de “economía del comportamiento” se ha hecho familiar para muchos economistas y sicólogos. Inclusive, a uno de los propulsores de su versión más conocida, la teoría de las perspectivas, el Dr. Daniel Kahneman, se le concedió el Premio Nobel de Economía en el año 2002.
En México se tiene una visión muy negativa sobre nuestra economía, la política pública. Si bien hay que reconocer que llevamos años, tal vez siglos por tener mejores perspectivas, no todo es malo. Cuidado, tener una sociedad que todo lo ve mal es caldo de cultivo para que la democracia se destruya.
Nota del editor: Jorge Sánchez Tello es director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (FUNDEF). Síguelo en LinkedIn y en Twitter. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.
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