Debemos superar el malestar que nos causa nuestra coyuntura política y que, a mi juicio, tiene su origen en la combinación de una tendencia global con una circunstancia local.
La tendencia mundial es el surgimiento de liderazgos populistas. ¿A qué se debe? Las causas son complejas, pero José Ignacio Torreblanca propone una hipótesis interesante: las olas populistas coinciden con cambios tecnológicos que generan disrupciones informativas – la radio como recurso de los regímenes fascistas en la Europa de los años 30 del siglo pasado, por ejemplo.
Bajo esta lógica, la descentralización de información y opinión que generan el internet y de las redes sociales implica una “desintermediación” de las instituciones tradicionales de la democracia – partidos políticos, medios informativos – ofreciendo así el sueño del autócrata: comunicarse directamente con “el pueblo”. En la república virtual, el caudillo tiene a su disposición una masa desvertebrada de opiniones, dispuesta al embrujo de las fake news; las democracias hoy en día son susceptibles de “hackeo”.
En México la desintermediación de la democracia por el internet y las redes sociales le vienen como “anillo al dedo” a AMLO. Resulta paradójico que un político tan anticuado se beneficie de algo tan reciente. Se explica quizá por el extraordinario talento de AMLO para explotar una peculiaridad de nuestra democracia: el fracaso no se castiga.
Hay ejemplos de sobra: un político que pierde una elección y aparece en otra, reciclado quizá por otro partido; la desaparición de estos últimos por no obtener votos suficientes para preservar su registro, seguida de una milagrosa resurrección (el PT por ejemplo) o la reencarnación bajo otro nombre (el PES o RSP). Podría argumentarse incluso que muchas de las reformas a nuestras leyes electorales están animadas por este propósito. Nuestra democracia es cara y AMLO no se cansa de recordarlo; pero refleja en gran medida el costo de la desconfianza que siembra quien nunca admite que pierde.
La mejor forma de defender lo que, con imperfecciones, hemos logrado para darnos gobierno es salir a votar.