Un hacker o un daño en un sistema puede impactar el medio ambiente, pero también lo afecta la simple existencia de la tecnología y todo lo que la rodea. Asimismo, los desastres naturales en sí, e incluso los generados por daños ambientales causados por ejemplo como consecuencia del desbalance en el clima que generan inundaciones o incendios, pueden afectar a la tecnología, toda vez que como menciono, su existencia depende de una estructura física.
Así, la tecnología y sus riesgos cibernéticos interfieren en el medio ambiente y viceversa, son dos grandes riesgos que no se excluyen entre sí, y mucho tienen que ver. Por ende, la gestión de éstos debe resultar de una colaboración entre ambos.
- Lo primero es que no se debe descuidar la ciberseguridad en industrias sensibles para el medio ambiente. Ese tipo de empresas deben ver las seguridades cibernéticas, además de una forma de proteger su operación, como la manera de frenar el impacto ambiental como resultado de los ciberataques.
- La anterior no es solo una tarea de las industrias sensibles, lo es para todas las empresas, la ciberseguridad ayuda a mejorar el funcionamiento de las ciudades, disminuye el fraude, protege la información personal y corporativa, y salvaguarda el mundo físico.
- La tecnología también se puede utilizar como una herramienta para la preservación del medio ambiente, por ejemplo, por medio de la creación de smart cities que pueden generar una adecuada sostenibilidad urbana y gestión inteligente en el campo de los recursos naturales. La tecnología sirve para generar un impacto ambiental positivo.
- Por último, la tecnología, y en general el mundo cibernético, puede explorar la utilización de energías renovables en su funcionamiento, y de esta forma disminuir el impacto ambiental.
Si bien el mundo ambiental es diferente al cibernético, no son del todo independientes, y así como uno puede afectar al otro, se complementan para gestionar y así disminuir los riesgos en el otro.
La tecnología contribuye al desarrollo de la sociedad, a la interconexión, a la evolución de los procesos, por eso debemos mirar la imagen desde una perspectiva más abierta y así entender que la tecnología también es uno de los caminos para combatir el daño ambiental.
Nota del editor: Marcela Visbal es Líder de la Práctica de Riesgo Cibernético de Willis Towers Watson América Latina. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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