Gracias a esto la "red financiera" está empoderando a sectores de la población que lo necesitaban urgentemente, incluyendo a mujeres, jóvenes, entre otros.
Lo cierto es que ahora existe una gran oportunidad para brindar a los consumidores no solo acceso, sino también orientación sobre cómo usar los productos financieros. Si bien la primera fase en la innovación fintech se está definiendo por la inclusión financiera de los usuarios, la segunda fase estará definida por su salud financiera.
Durante esa primera fase los servicios financieros se han democratizado a un ritmo vertiginoso, en Latinoamérica todavía queda una enorme población por entrar en esta ola; sin duda, en los siguientes años la penetración de estos servicios será más profunda y ese es el camino a seguir en esta contienda, pero las fintech deben observar su siguiente paso.
Algunos se han convertido ya en unicornios debido a su crecimiento en la penetración al mercado como lo son Rapyd, Clip, KAVAK o GBM, empresas que ofrecen beneficios financieros a distintos sectores. Los siguen otros fuertes contendientes que buscan ganar este mercado como Credijusto, que incluso ha comprado ya un banco tradicional, o Fondeadora, que ha captado más de 400,000 clientes ofreciendo tarjetas, al igual que AirTm, que evita que tengas que usar bancos tradicionales para hacer transferencias de dinero entre países y mantener cuentas en dólares en la nube. Todas deberán prepararse para educar a este nuevo mercado en temas de salud financiera.
En Alemania se acaba de agregar al currículum escolar básico una materia de finanzas personales para todos los estudiantes. En México y en toda Latinoamérica estamos aún lejos de eso, pues en ocasiones ni en las universidades se tocan estas materias.
Los gobiernos se están tardando en seguir el paso a las necesarias regulaciones a estos servicios nuevos, pero eso no quita la responsabilidad a estas fintech de ofrecer junto con esta democratización nuevas herramientas a la población para lidiar con estos nuevos poderes. En algunas ocasiones, incluso se habla de crear una especie de juramento hipocrático, como el de los doctores, pero para las fintech, pues la ética de estas nuevas instituciones jugará un papel fundamental en la salud económica de nuestros países.