Dado que la tasa de interés ya ha estado subiendo, quizá no haya que hacer más, pero mantendría el dedo en el gatillo. La última encuesta Citibanamex de expectativas – la visión de a quienes aun les pagan por decir qué hará Banxico – registra una mediana para la tasa de fondeo de 5% al cierre de este año. Quedan tres reuniones programadas en 2021, por ende implicaría aumentos de 25pb en dos de ellas. Así votaría yo también, con un “asegún”.
Para noviembre, el tema de la Fed estará a todo lo que da; ¿quizá amerite subir 50pb? Habría que comunicar muy bien; no me gustaría terminar un ciclo de alzas subiendo más que antes – y a diferencia de Banxico, no tendría tanto empacho en hablar de ciclos, por cortos que fueran.
Consideremos en más detalle dos cosas, el tema de la inflación y el de la comunicación.
Sobre el primero, a principios de año esperaba una inflación cercana al 4% anual. La mediana de la citada encuesta ve ahora el cierre del año ligeramente arriba del 6%. Tradicionalmente en el verano la inflación baja un poco, repunta en septiembre con el regreso a clases, se modera y cierra al alza en diciembre. En otras palabras, el año ya se nos fue y si en julio cerramos en 5.8% sería necesario un choque a la baja muy fuerte para cerrar debajo de donde estamos hoy. Ten cuidado con lo que deseas...
Sigo en el campo de quienes piensan que el aumento en inflación se debe a factores transitorios. Pasan dos cosas. Primero, que estamos en una situación inédita, en donde se combinan choques de oferta y demanda. A diferencia de varios queridos colegas – incluyendo algunos exbanqueros centrales – creo que los segundos son en el neto, deflacionarios. Es en el lado de la oferta en donde creo tiene su origen la sorpresa.
No es un solo choque grande, son varios, más moderados y consecutivos – inflación no subyacente, subyacente de mercancías, de servicios, en ese orden – que hacen difícil una reversión súbita. Es más factible que sus efectos se disipen gradualmente.