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Los pronósticos de inflación de Banxico son inverosímiles

Por el lado de la demanda veremos a cientos de sectores y categorías de productos ajustar sus precios los dos años próximos, señala Iván Franco.
sáb 14 agosto 2021 12:08 AM

(Expansión) - En su mandato constitucional que es la preservación del poder de compra de la moneda, el Banco de México incurre en acciones de política monetaria que impactan directa e indirectamente a diversos agentes de la economía. Por esta razón es que existe interés y argumentos de especulación, muchos infundados, en torno a la próxima decisión por parte de la junta de gobierno del banco.

Los mercados están acostumbrados a apostar sobre la decisión de política monetaria en función de sus propias expectativas, creencias y conveniencias. En general, a la economía financiera le beneficia que el nivel de la tasa de interés objetivo sea mayor porque, eventualmente, hay mayor oportunidad de ganancia en los mercados donde participan como intermediarios. Para muestra, es importante mirar la correlación histórica entre las tasas de interés y algunos activos financieros y, por supuesto, el crédito.

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Por otro lado, el gobierno federal tiene el incentivo de sugerir al banco central que mantenga la tasa objetivo en terreno acomodaticio, entre otras razones, para generar eficiencias en el pago de intereses de la deuda pública y para tener margen para ampliar su programa de endeudamiento de corto plazo.

La tasa de interés es solamente el mecanismo señalizador (precio) para que las demás tasas se muevan en la misma dirección. No obstante, para que la tasa objetivo se logre, el mismo banco central debe realizar operaciones con dinero e instrumentos financieros a fin de que la cantidad de recursos en el sistema converja con la tasa de interés objetivo.

En otras palabras, si la tasa objetivo es mayor, habrá que retirar recursos del sistema para que las demás tasas caigan en ese rango, y viceversa.

El punto es que el banco central no puede quedar bien con ambos agentes al mismo tiempo. Diversas voces salen a defender públicamente la autonomía de decisión de política monetaria de la junta de gobierno del banco. Sí, hay autonomía, pero con alguno se queda mal.

En la decisión de política monetaria del día 12 de agosto, Banxico aumentó apenas 25 puntos base la tasa de interés objetivo, mientras que algunos analistas financieros aplazaban un aumento de 50 puntos base, arguyendo el aumento consistente de la inflación subyacente.

Me cuesta un poco creer que los analistas financieros realmente se preocupen por el aumento de precios de la canasta básica que impactan en el bolsillo de la mayoría de los mexicanos.

El paliativo de Banxico

En días pasados Banxico emitió un comunicado donde avisó que publicaría sus pronósticos de ocho trimestres de la trayectoria de inflación futura.

Así fue. El día de la decisión monetaria del 12 de agosto el instituto anunció sus pronósticos, que desde mi punto de vista sirven como paliativo para anclar nuevamente las expectativas de inflación (ya desancladas) y, sobre todo, para comunicar a los mercados que sus decisiones de aumentar la tasa poco a poco se deben a que la inflación convergirá hacia su meta en el año 2023. Con estos pronósticos se curan en salud y mandan un mensaje a los críticos del mercado de que todo está bajo control. Pero no es así.

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¿Qué es la tasa de interés de referencia de Banxico?

Otra cosa que me cuesta trabajo creer es que el staff de economistas de Banxico haya generado estos pronósticos ad hoc, cuando saben que ni monetaria ni estructuralmente la inflación va a converger a la meta en varios meses más.

¿Por qué? Aún falta que se verifique el ajuste masivo de precios por el lado de la demanda interna, asociado al crecimiento económico. Ese aún no llega, pero vendrá. Más que nadie, los analistas del banco conocen los impactos rezagados y distribuidos de la política monetaria de hoy en la inflación, son muy largos.

Por ello, los pronósticos que publica Banxico pudieran ser una herramienta que busca influir en los formadores de precios para hacerles creer que la inflación disminuirá y convergirá a su meta por si sola en el año 2023. Reitero que parece que el instituto busca justificarse con el mercado sobre su decisión monetaria dovish.

Las expectativas de inflación

Las expectativas de inflación son un elemento importante en la decisión de política monetaria. Aunque por supuesto, no es el único ni el más relevante, porque es un factor cualitativo y de percepción. Las expectativas de inflación se fundamentan en la encuesta de expectativas del sector privado, que el mismo banco distribuye entre más de una veintena de firmas de análisis financiero y bancos.

Dichas expectativas de inflación a veces surgen de modelos matemáticos bien especificados, pero en la mayoría de los casos, solo se basan en la credibilidad que los encuestados tengan en el banco central. Es decir, si Banxico dice que la inflación va a converger a 3% en cierto momento de 2023, los analistas consultados tenderán a decir lo mismo. Como mencioné antes, los pronósticos de Banxico son inverosímiles, lo que promueve un autoengaño de todos con todos.

En esta coyuntura existen varios factores para afirmar que la inflación seguirá siendo superior a la meta de convergencia en una ventana de tiempo mayor que la esperada por el banco. Reitero, por el lado de la demanda, veremos a cientos de sectores y categorías de productos ajustar sus precios los dos años próximos. Esto, incluso, si Banxico decide pasar de una tasa objetivo neutral a una restrictiva en 2022.

Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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