Al arranque de la tragedia sanitaria, tener la capacidad de estar atendiendo varios asuntos al mismo tiempo era muy seductor en el mundo del trabajo. Ahora, los expertos en el manejo del talento sostienen que el Multitasking empieza a devaluarse. Decir que eres Multitasker no es una ventaja competitiva, afirma Martha Barroso, directora de People & Culture para América Latina de Manpower. “Si alguien cita en su CV su habilidad para el Mutitasking habría que entrar a profundidad en su historial”.
El cerebro no está preparado para hacer dos tareas complejas al mismo tiempo. El Multitasking te lleva a un nivel de performance superficial y, cuando uno cae en sus redes, corres muchos riesgos: fallar, no llegar al objetivo, estresarte, castigarte. “Con el Multitasking somos incapaces de vivir en el presente y aceptar el paso a paso de las cosas”, complementa Claudia Calvin, fundadora de Mujeres Construyendo.
Para nuestra mala fortuna, seguimos sometidos a la dictadura del Multitasking. Pero eso no significa que sea nuestra condena. Todo lo contrario. Justo ahora, después de los coletazos de la pandemia, podemos seguir las recomendaciones de Byung-Chul Han: cultivar la demora, la lentitud, la capacidad de contemplación y de reflexión.
El Multitasking no es bueno ni malo. Habrá quiénes lo disfruten y le saquen mucho provecho. Pero ahora vale la pena tener la libertad de elegir, que cada quien defina si le sirve o no, y cuál es la gran recompensa que el Multitasking generaría. Es tiempo de dar un paso atrás y, quizá, habrá quien decida volver todos los días a la oficina, seguir trabajando al límite o si puede obtener los mismos resultados en un tiempo más corto.
“Hay una cosa que, sin querer, ya es un derecho ganado. Ante una oferta laboral ya se pregunta sobre la flexibilidad en el trabajo. El modelo híbrido ya es una condición que ya va a suceder”, sostiene Enrique Pérez, senior client partner en Korn Ferry.
La vida sigue, pero ahora estamos frente a la reconfiguración de prácticas, la instalación de nuevas tradiciones y de modos para relacionarnos.
Laura Bicondoa, socia de Liderarte Perfomance y Coaching, ofrece cuatro consejos para convivir amistosamente con el Multitasking:
1. Nombrarlo, darte cuenta que lo haces (“si no se reconoce, no se tiene la conciencia para cambiarlo”);
2. Tratarnos amablemente cuando lo reconocemos (“cuidado con los reproches, que no estás dando lo suficiente y que deberías de poder más”);
3. Preguntarnos qué necesita realmente ser hecho ahora y qué puede esperar, en qué condiciones funcionamos mejor;
4. Hacer acuerdos internos de pausas y encontrar los equilibrios.