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Las Tecnologías de la Información son la nueva alfabetización

Quizá lo único “bueno” que nos deje la pandemia del COVID-19 sea el haber hecho patente la necesidad irrestricta del uso de la tecnología en nuestras vidas, considera Laura Ceballos.
mar 05 octubre 2021 12:07 AM
Tecnologías de la información y sistemas.
Las herramientas digitales son nuestros mejores aliados para el desarrollo y el crecimiento de las organizaciones y de las personas, señala Laura Ceballos.

(Expansión) - El 8 de septiembre pasado se conmemoró el Día Internacional de la Alfabetización como lucha en contra del analfabetismo en los diferentes países y como un día en el que anualmente se reconoce el valor vital y mundial para una persona de estar alfabetizada.

De acuerdo con cifras del INEGI, podemos afirmar que en México durante los últimos 120 años se ha pasado de un 80% de analfabetas (personas mayores de 15 años que no saben leer ni escribir) a un 5%; sin embargo, esta cifra sigue siendo por demás dolorosa si consideramos que estamos hablando de un poco más de 4 millones de personas.

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Es evidente que como país seguimos enfrentando un gran rezago en cuestiones de alfabetización, pero aunado a esto habría que considerar también otro concepto interesante que es el analfabetismo funcional, el cual, de acuerdo a la UNESCO, se refiere a personas que, si bien saben leer y escribir, son incapaces de utilizar de manera eficiente estos conocimientos al servicio de su propio desarrollo y el de la comunidad.

Un ejemplo de ello son las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TICs) que hoy se han vuelto algo esencial, no sólo para el mundo laboral, sino también para la educación y la vida cotidiana.

Si definimos la alfabetización como el acto de enseñanza y la capacidad adquirida por el sujeto para obtener una instrucción básica y esencial para integrarse a la sociedad, esto me lleva a reflexionar que para que una persona pueda progresar en el mundo actual, debe contar con conocimientos adicionales, ya sea el dominio de informática o de otro idioma más allá del propio, por citar algunos ejemplos, y que son conocimientos que el mercado laboral actual exige.

Es aquí cuando aparecen nuevos conceptos como el de la alfabetización digital, relacionada a la enseñanza del uso de computadoras, de la tecnología y del Internet, del que hay que reconocer, en México todavía existe un importante rezago.

La interactividad, los flujos de información, la virtualidad son atributos de las TIC, y el presente ya no se concibe sin tales herramientas tecnológicas. La utilización de las TIC se convierte en algo cotidiano y el conocimiento de su uso en algo casi imprescindible, por lo que el “analfabetismo digital” empieza a ser una categoría con connotaciones negativas para el desarrollo de muchas actividades laborales, e incluso para las relaciones sociales.

Los conocimientos en tecnologías de la información pasan a ser un recurso vital e imprescindible para el desarrollo de los individuos, las organizaciones, y de la sociedad en general.

Con todo esto, nace también otro concepto importante e interesante, la “brecha digital” que se define como la separación que existe entre las personas que utilizan las TIC como una parte rutinaria de su vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas y que, aunque las tengan no saben cómo utilizarlas.

Y es aquí donde me quiero detener, ya que los individuos no debemos caer en el falso entendimiento de que, porque manejamos una computadora, entramos a internet o tenemos un celular inteligente somos tecnológicamente competentes.

Vale la pena preguntarnos si nuestra funcionalidad tecnológica nos lleva a utilizar de manera eficiente estos conocimientos al servicio de nuestro propio desarrollo y el de la comunidad.

De igual manera, las empresas no deben asumir que porque proveen a sus colaboradores de computadoras y realizan con ellas algunas funciones básicas de su negocio son digitalmente competentes y efectivas ante su entorno y contexto. Hoy más que nunca la utilización eficiente de las TIC podrá marcar una diferencia vital en su operación.

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Por lo anterior, no es de sorprendernos que la actual visión del mercado afirma que el avance y la prosperidad económica de un país depende tanto de su desarrollo tecnológico como de la existencia de los recursos humanos calificados.

Quizá lo único “bueno” que nos deje la pandemia del COVID-19 sea el haber hecho patente la necesidad irrestricta del uso de la tecnología en nuestras vidas, darnos cuenta de que, las herramientas digitales son nuestros mejores aliados para el desarrollo y el crecimiento de las organizaciones y de las personas.

Los niños que hoy se enfrentaron a estudiar con relativo éxito a través de plataformas de conexión vía remota, las empresas que rompieron el paradigma del home office, los líderes que pudieron gerenciar a distancia a través de medios electrónicos pueden sentirse orgullosos de haber disminuido en gran parte esa brecha digital, la cual se antoja todavía con grandes retos y oportunidades hacia adelante.

El desafío será no romper “el momentum” y sacar ventaja de lo avanzado en términos educativos, personales y empresariales. Aún hay mucho por hacer.

Nota del editor: Laura Ceballos es VP de Recursos Humanos de T-Systems México. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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