Por eso debe avergonzarnos que nuestro país se presente a la COP26 con las manos vacías, y aun como presunto transgresor del Acuerdo de París. Si los esfuerzos globales quedan cortos, los de México son literalmente regresivos. Lo muestran análisis como los del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
En la actualización de nuestros NDC en 2020, los objetivos fueron menos ambiciosos que en 2015, contra el principio de progresividad del Acuerdo y sospechas de manipulación de la base de comparación, en medio de la opacidad. Por eso fueron suspendidos judicialmente el 1º de octubre, impugnados por organizaciones ambientalistas como Greenpeace.
Lo peor estaría por venir de aprobarse la contrarreforma eléctrica. De cierto liderazgo y ser el primer país en desarrollo en presentar sus NDC, estaríamos en la vanguardia de los renegados climáticos y adictos a los combustibles fósiles, siendo la onceava economía con más emisiones.
¿Es posible acabar con las subastas de largo plazo y los contratos e inversiones de energías solar y eólica (sin indemnización según el Director de la CFE), quemar más combustóleo en termoeléctricas que operan con costos al quíntuple, destruir el mercado de Certificados de Energía Limpia, y aun así reducir emisiones y acercarnos a la meta del 35% de abasto energético limpio en 2024? Nuestro Gobierno igual podría declarar que 3-2=5. ¿Puede tomársele en serio cuando, con todo, exige a los países ricos elevar el financiamiento climático a países en desarrollo?
¿O al autoelogio “como pionero en innovación de política financiera sostenible”? Excelente que emitan bonos verdes; sólo que, a la par, este año han sostenido con transferencias del erario pérdidas de Pemex por 100,000 millones de pesos y en 2020, por 480,000 millones, habiéndose gastado el fideicomiso que teníamos para desastres naturales y el Fondo para el Cambio Climático, que captaba recursos de cooperación internacional.
Sobre México, en Glasgow será más destacable el trabajo de nuestra compatriota Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Contrario al dicho presidencial de que el ecologismo o “los nuevos derechos” son inventos neoliberales de saqueo, afortunadamente hay organizaciones autónomas, nacionales e internacionales, para verificar lo que digan presidentes, empresarios y quienes damos opiniones, con la oportunidad de corregir sobre diagnóstico. Cualquiera puede googlear Climate Action Tracker y constatar el estatus de México: “altamente insuficiente”; si el mundo fuera como nosotros, iría hacia los 4o, una hecatombe, con la refinería de Dos Bocas hasta tres metros bajo el agua. La pregunta es si también en esta prueba existencial de la civilización nos conformamos con bla, bla, bla.
Nota del editor: Rodrigo Villar es un emprendedor social y Socio Fundador de New Ventures, donde busca transformar la manera tradicional de hacer negocios y crear un nuevo modelo empresarial que perciba el impacto como status quo. Cuenta con un MBA del Royal Melbourne Institute of Technology y estudió la carrera de Contabilidad y Administración Financiera por el Tecnológico de Monterrey. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión