En la COP26, las naciones deben decidir cómo llevarán a cabo los objetivos establecidos en el Acuerdo de París de 2015, así como trazar estrategias claras y específicas para la próxima década, comprometiéndose a reducir tanto y tan pronto como sea posible. En dicha reunión se discutirá todo aquello que se ha logrado -y lo que no- desde la implementación de los compromisos iniciales en 2015 (fecha del Acuerdo de París).
De la misma manera, se hablará de cómo colaborar para desarrollar estrategias donde las naciones se adapten a los efectos del cambio climático, y fomentar financiación climática para reducir las emisiones y desarrollar métodos de producción de energía más respetuosos con el medio ambiente.
La COP26 será una oportunidad para que los países discutan los problemas, las estrategias y el avance de los compromisos. Sin embargo, México mostrará muchas áreas de oportunidad en cuanto a su agenda climática. El país presenta una falta de ambición en compromisos internacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (mediante contribuciones nacionalmente determinadas).
A finales de 2020, México no anunció nuevas metas o metas más ambiciosas, sino que reafirmó aquellas que estableció hace 5 años, esto es, reducir 22% de gases de efecto invernadero y 51% de carbono negro. Adicionalmente, la extinción del Fondo para el Cambio Climático y la reducción de presupuesto para dicho tema muestran su falta de compromiso en la agenda climática.